El plan del Gobierno para hacer frente a una posible segunda ola de la pandemia de coronavirus clasificará a los distintos territorios en tres niveles de riesgo, bajo, medio y alto en función del grado de transmisión del virus y el estado de su red sanitaria. A cada uno de esos niveles de amenaza les corresponderá un lista de actuaciones a ejecutar, ya sea en el ámbito local, territorial o estatal.

Así lo ha avanzado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia semanal en el Congreso en un momento en que los pequeños rebrotes salpican toda la geografía española empiezan a inquietar.

El denominado Plan de preparación y respuesta frente a una segunda oleada del covid-19 estará listo en una semanas tras el correspondiente debate con las autonomías. Dado que ya ostentan las competencias plenas, las comunidades establecerán conjuntamente con el ministerio el nivel de riesgo en que se encuentran en cada momento. Salvo que sea necesario reinstaurar el estado de alarma en todo una parte del territorio.

Reglas para los rebrotes

Una vez aprobado el decreto que establece las reglas básicas de la nueva normalidad en la que se ha instalado toda España (hoy lo convalida el Congreso) faltaba una estrategia para afrontar la posibilidad de importantes rebrotes.

El mecanismo vigente es el que se ha aplicado en las cuatro comarcas aragonesas. Debido a los contagios detectados entre los temporeros de la recogida de la fruta éstos territorios han tenido que retroceder a la fase 2 de la desescalada. Cuando el plan esté listo se le asignará un nivel de riesgo medio o alto y las medidas que se establezcan.

Illa no precisó ayer nada más que la evaluación del riesgo está basado en indicadores de alerta temprana sobre la transmisión y también en cifras objetivas sobre la situación de la red sanitaria y la de salud pública. Algo que a buen seguro no ahorrará el debate con las comunidades autónomas afectadas.

Al margen del caso aragonés, en el resto de España la situación epidemiológica no ha dejado de mejorar pese a que las cifras no han sido buenas. Los pequeños rebrotes que salpican toda la geografía española contribuyeron a que el número de nuevos casos alcanzara los 196, la mayor cifra desde hace 11 días.

A pesar del dato, Illa blandió varias cifras para que destacar que situación epidemiológica es muy buena. En los ultimos 14 días se han diagnosticado sólo 8,10 infectados por cada 100.000 habitantes, que dos semanas antes eran 12,65, casi el doble. La detección temprana, la clave más importante, funciona, hasta el punto que en una semana se se nhan hecho pruebas PCR en menos de 24 horas al 91% de las 53.000 personas sospechosas de haber contraido la enfermedad.

Hay brotes y seguirá habiendo, pero lo importante es detectarlos y actuar con prontitud, insistió el ministro.