La Plataforma de Infancia ha pedido al Gobierno que se tenga en cuenta los derechos de los niños y niñas en la desescalada, con medidas como realizar un cierre de curso escolar presencial, establecer un marco estatal con las normas de prevención y seguridad necesarias para organizar actividades de ocio y tiempo libre este verano, flexibilizar las condiciones actuales de salidas de los menores o aprobar permisos retribuidos para que las familias puedan conciliar.

Estas son algunas de las propuestas recogidas en el documento 'Recomendaciones para una desescalada que respete los derechos de la infancia' que la Plataforma de Infancia ha hecho llegar a los Ministerios de Derechos Sociales y Agenda 2030, de Transición Ecológica, de Educación y Formación Profesional, y al Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil.

"El proceso de desescalada debe tener enfoque de infancia, asegurando que las políticas públicas incluyen una mirada transversal de infancia, junto con medidas específicas para proteger a los niños y niñas, especialmente a los más vulnerables, y promover los derechos que se han visto afectados en el estado de alarma", ha explicado el director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra.

Atendiendo a la conciliación, piden permisos retribuidos que permitan la reducción de la jornada de hasta el 50% para cada uno de los dos progenitores, a partes iguales, sin reducir sus ingresos, y que tengan en cuenta la situación de las familias monomarentales pudiendo llegar en estos casos al 100% de la jornada.

Además, la Plataforma de Infancia propone permitir que los centros educativos puedan hacer desde la fase 1 un cierre del curso 2019-2020 de manera presencial, "con todas las precauciones necesarias, en grupos reducidos, de acuerdo con las limitaciones establecidas para los encuentros sociales para cada fase".

"Se trata de una medida que redundará en el bienestar emocional de los niños y niñas. Además, los equipos educativos podrían detectar posibles situaciones de violencia, negligencia o pobreza que necesiten intervención o apoyo urgente", ha indicado Ibarra.

Actividades de ocio en verano

Por otra parte, las organizaciones de infancia piden que se establezca un marco regulatorio estatal con normas sanitarias de prevención y seguridad para organizar y planificar actividades de ocio y tiempo libre para el verano, así como protocolos específicos de actuación, en coordinación con los centros de salud, en caso de que se produzca algún contagio durante dichas actividades.

"Es necesario ofertar actividades de ocio y tiempo libre en todo el territorio que aseguren la participación de los niños y niñas económicamente más vulnerables. Los beneficios de estas actividades para los niños y niñas son innumerables, y además son fundamentales para garantizar la conciliación de las familias que no pueden contar con la red familiar", ha señalado Ibarra.

Asimismo, recomienda proporcionar la financiación suficiente para reforzar los programas educativos de verano en los centros escolares, como el Programa VECA, para el alumnado más vulnerable. Además, considera que será necesario un fondo específico en verano para garantizar medidas de ayuda alimentaria para la población infantil más vulnerable, que sustituya al de las las becas comedor.

Septiembre

De cara a septiembre, las organizaciones de infancia recomiendan la reapertura de los colegios o centros educativos con el inicio del curso escolar, "con las medidas y adaptaciones necesarias (tamaño de los grupos, horarios, espacios o metodologías) para minimizar los riesgos, priorizando la atención a las necesidades de salud mental de los niños, niñas y adolescentes".

En el caso de tener que continuar con la educación a distancia, la Plataforma apunta que será necesario tomar medidas para "reducir el impacto de la brecha digital, garantizando el acceso a internet y a dispositivos electrónicos adecuados (ordenadores, impresoras, etcétera)".

Otras recomendaciones que se plantean son: involucrar a los niños y niñas activamente en la respuesta de los centros educativos, retomar la actividad del Sistema de Salud pública para la atención a pacientes pediátricos reduciendo los tiempos y listas de espera, formar a los profesionales que estarán a cargo de los menores en las actividades de ocio, y a los profesores para detectar situaciones de violencia vividas durante el confinamiento.