La población residente en España aumentó en 21.012 personas durante la primera mitad de este 2017 y superó ya los 46,5 millones de habitantes a 1 de julio, con lo que se consolida el crecimiento iniciado en el segundo semestre del pasado año. El saldo migratorio fue positivo de 52.926 personas como consecuencia de los 237.115 inmigrantes que entraron en España (un flujo que se sitúa al nivel del segundo semestre del 2008) y los 184.189 ciudadanos que emigraron.

En el caso de los españoles, ese saldo fue negativo (-12.976 personas) y aumentó respecto al semestre anterior. Se produjo un ligero descenso de las personas que regresaron del extranjero y un aumento de las que salieron.

La población de nacionalidad española se redujo en 24.355 personas y, si nos restringimos a los nacidos en España, bajó en 55.380 personas en la primera mitad del año.