Antonio Sánchez, el empresario que hizo un pozo en la finca de Totalán del que fue rescatado sin vida el niño Julen 13 días después de caer, declaró ayer como testigo en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga y no se movió un ápice de lo que dijo ante la Guardia Civil. «No tengo otra historia», manifestó ante los periodistas. «Lo tapé todo muy bien con una piedra de grandes dimensiones y todo fue perfecto, lo que pasa es que luego hicieron una zanja», ratificó Sánchez. EFE