La Policía está investigando si Ana Julia Quezada, arrestada por la muerte de Gabriel Cruz, estafó a hombres mayores con los que tenía relaciones cuando vivía en Burgos, según han denunciado ahora algunas familias. Al parecer, sus víctimas podrían haber sido hombre viudos a los que robó. En ese mismo contexto, también se investiga la muerte la hija mayor de Ana, ocurrida el 10 de marzo del 1996, cuando la pequeña tenía 4 años de edad.

Según fuentes de la investigación, la presunta asesina de Gabriel vivía por entonces con sus dos hijas, la mayor, Ribelca Josefina Gil Quezada, y la menor de dos años, que ahora tiene 22 años y reside en Burgos. Ana vivía con su pareja, natural de Burgos, que no era el padre biológico de las dos niñas y al que habría conocido en un club de alterne en el que trabajaba Ana. Fue el padre adoptivo de las niñas y pareja de Ana quien, no viendo a la pequeña Ribelca en el cuarto de juegos y viendo la ventana abierta, se asomó y vio el cuerpo de la niña tendido en el suelo del patio interior del primer piso. La policía no apreció en su momento indicios de criminalidad y el caso se archivó.