Los mercados han valorado la situación: han puesto un precio a los activos financieros, las bolsas han ajustados sus índices más de un 30% desde máximos y los inversores en deuda pública y bonos privados se están empezando a asustar seriamente por la previsible situación fiscal de los estados después de la crisis y por el estado financiero de las empresas. Este análisis que realiza Enrique García Palacios, consejero delegado de GVC Gaesco, no pasa por alto la posibilidad de una nueva crisis de deuda soberana en Europa como la del 2010, aquella que familiarizó a los no iniciados en los mercados con la prima de riesgo.

La reunión del Consejo Europeo (CE) del jueves, o mejor dicho, la falta de un acuerdo manifestada en ese encuentro, vuelve a poner en el disparadero a la deuda pública de los estados periféricos acentuando las discrepancias entre las dos Europas. Diferencias que se ponen de manifiesto en la evolución de la prima de riesgo --el diferencial que tienen que pagar los inversores por comprar deuda del resto de estados con respecto al bono alemán a 10 años-- de los diferentes países de la zona euro. Mientras que la rentabilidad del bono germano se sitúa en -0,477, con una caída de 26%, en el otro lado de la balanza, la prima de riesgo italiana alcanzó ayer los 178 puntos con un ascenso del 14,4%. Aún no alcanza a la deuda griega, cuyo diferencial es de 203,1 puntos, aunque la subida aquí es menor, 5,62%. El bono español representó una diferencia de 99,4 puntos, tras subir un 11,5% durante la jornada.

El BCE anunció el jueves que abandona los límites autoimpuestos de compra de deuda, de manera que podrá ayudar más a quien más lo necesite. Ese anuncio valió para que las primas de riesgo se relajaran en un primer momento y disiparan la posibilidad de una nueva crisis de la renta fija, algo que echó por tierra más tarde la reunión del CE.

Pero también los mercados de renta variable, que han cerrado esta semana con pérdidas renovadas. El descenso de precios de las acciones abona la posición especulativa de los hedge funds, pero también del resto de operadores, que animan a los inversores a buscar gangas en las empresas que más se han visto afectadas por el coronavirus, pero que tienen potencial alcista. Consideran la posibilidad de que la salida de esta crisis sea relativamente rápida, en forma de V, lo que permitiría una pronta revalorización.