Primero David Bowie, ahora Prince: 2016 será recordado, entre otras cosas, como el año en que perdimos a dos personalidades de la música popular. Si Bowie dominó los 70 con un continuo de obras maestras, Prince hizo lo mismo en los 80. Ambos experimentaron sin dejar de ser emotivos, solo para serlo todavía en mayor grado. Exploraron la sexualidad desde ángulos en los que el género adquiría fronteras difusas. Vivieron como quisieron y supieron mantener el misterio.

Algunos no querían creerlo. Pero su publicista, Yvette Noel-Schure, no tardó en confirmarlo: “Es con profunda tristeza que confirmo que el legendario, icónico músico, Prince Rogers Nelson ha muerto en su residencia de Paisley Park, a los 57 años”.

Prince heredó el nombre y el gen artístico de su padre, un músico de jazz que usaba Prince Rogers como alias para los escenarios. Compuso su primera canción a los 7, y fichó por Warner siendo un adolescente. La discográfica creyó encontrar a la Next Big Thing (y creyó bien) en este joven de voz dúctil y habilidades instrumentales que redefinían el concepto hombre orquesta. Pero el éxito se le resistió en su debut largo: For you solo llegó al 163 en las listas estadounidenses.

Todo fue progresivamente mejor con los siguientes, pero el estrellato no llegó hasta 1982 y 1999, con el que alcanzó al top ten de su país por primera vez. El álbum era una obra maestra de funk sintético cuya inspiración melódica y pericia técnica dejaron huella visible no solo en el pop, sino también gran parte de la música electrónica por venir.

En esa época Prince vio el potencial de la recién estrenada MTV y usó el vídeo musical tanto para promocionarse como para extender su mitología: él sabía que, en su estado más fascinante, el pop no es solo canciones, sino un paquete completo en el que aportan el elemento visual, la moda y, claro, los videoclips.

Uno de sus vídeos clásicos es When doves cry, en el que nuestro héroe se daba un baño humeante sin quitarse la bufanda. Imagen de impacto para una canción que llegó al número uno sin necesidad de una línea de bajo.

La canción era uno de los exitosos extractos de la banda sonora de Purple rain, musical de 1984 en clave autobiográfica que supuso su exitoso debut como actor.

Prince lanzó otros tres discos a solas, incluyendo la banda sonora del Batman de Tim Burton, antes de presentar a su nuevo grupo: The New Power Generation. Los 90 fueron en general años más caóticos para Prince que los 80, marcados por su enfrentamiento con Warner. Cambió su nombre por un símbolo, pero ni así logró escapar de su contrato tan pronto como pretendía.

Fue de los primeros artistas en vender música on line, pero en el 2007 tomó acciones para eliminar de la red todas imágenes que tuvieran que ver con él. H