La princesa Mako, nieta del emperador Akihito de Japón, ha aunciado este lunes oficialmente su compromiso de boda con Kei Komuro, un excompañero de universidad, en la primera aparición pública de ambos juntos. Con este enlace, la princesa perderá todos sus privilegios y quedará excluida de la famlia real japonesa en virtud de una polémica ley que solo se aplica en las mujeres. Este matrimonio reabre el debate sobre la normativa que rige la casa imperial nipona desde 1947, que establece que las mujeres que nacen en su seno pierden su estatus de realeza al contraer matrimonio con plebeyos, algo que ha reducido sustancialmente el número de sus integrantes.

Mako ha declarad su "gran alegría" por el compromiso y ha remarcado "ser consciente de tener que apartar su estatuto real después de la boda" después de haber recibido el visto bueno del emperador Akihito.

"Me sentí verdaderamente feliz cuando él se me declaró a finales del 2013, y acepté en ese momento", dijo Mako, mientras que Komuro afirmó ser consciente de la "grave responsabilidad" que supone casarse con la princesa y mostró su deseo de "crear una familia armoniosa".

Ambos explicaron que son pareja desde hace unos cinco años, y que se conocieron en el 2012 durante una reunión informativa de la Universidad Internacional Cristiana de Tokio, de la que ambos eran entonces alumnos, para estudiantes interesados en programas internacionales.

El compromiso de boda de la pareja fue adelantado por los medios nipones a mediados de mayo, y el anuncio oficial estaba previsto para principios de julio, aunque la Agencia de la Casa Imperial decidió posponer el acto debido a las lluvias torrenciales que arrasaron el sudoeste del país.

POLÉMICA NORMATIVA REAL

La princesa trabaja como investigadora en un museo de Tokio, mientras que Komuro, residente en la ciudad de Yokohama (sur de la capital), es asistente legal en un bufete de abogados y estudia simultáneamente un máster en Derecho de Empresa. Además, Mako es la hija mayor del príncipe Akishino, segundo hijo del emperador y segundo en la línea sucesoria al trono del Crisantemo tras el príncipe heredero Naruhito.

El matrimonio de la nieta mayor del emperador mermará todavía más a la familia imperial de Japón, una institución avejentada y cada vez más escasa, abocada a una amplia brecha generacional. Según un responsable de la casa imperial japonesa, el matrimonio tendrá lugar en otoño de 2018.