Ni las alertas sobre la emergencia climática ni los compromisos de reducción de emisiones contraídos por los gobiernos parecen haber hecho mella en los países productores de combustibles fósiles. Éstos prevén extraer mucho más carbón, petróleo y gas en la próxima década del necesario si se cumplieran los acuerdos de París. En concreto un 120% más, más del doble de lo que debería producirse si, como marca este pacto mundial, se quiere limitar el aumento de las temperaturas a 1,5C respecto a la época preindustrial.

El dato forma parte del Informe sobre la brecha de producción, liderado por un organismo de la ONU, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y redactado por 50 científicos. El enfoque es innovador y complementa los reportes del PNUMA que miden anualmente la brecha entre los recortes de emisiones previstos y los que harían falta para cumplir con París, ofreciendo una nueva perspectiva para comprobar si los países se toman realmente en serio la descarbonización. Y la primera conclusión es que no.

Diez países clave

El informe se ha llevado cabo con las proyecciones de 10 países clave: siete de los principales productores de combustibles fósiles (China, EE.UU., Rusia, India, Australia, Indonesia y Canadá) y tres importantes productores que muestran una gran ambición por hacer frente al cambio climático (Alemania, Noruega y el Reino Unido).

Los resultados son negativos aunque se compare la producción con la meta menos ambiciosa del acuerdo de la capital francesa, la de limitar el calentamiento a 2C. En este caso el exceso de gas, petróleo y carbón es del 50%.

La mayor brecha se da en el carbón. Los países planean producir un 150% más carbón en 2030 del que permitiría limitar el calentamiento a 2C y un 280% más de lo que sería consistente con detenerlo a 1,5C. Las inversiones y nuevas infrastructuras planeadas para el petróleo y el gas hacen prever que en el 2040 los países analizados producirían entre un 40 y un 50% más de lo que deberían si quieren frenar el calentamiento a 2C.

El informe alerta también de que la producción de combustibles sucios prevista es incluso superior a la que se debería llevar cabo con las reducciones de emisiones a las que se han comprometido los países para 2030 y que son claramente insuficientes. Un 17% más de carbón, un 10% más petróleo y un 5% más de gas.

Límites

Los autores animan a los países a utilizar las herramientas disponibles para cerrar esta brecha de producción, desde limitar la extracción y la exploración de nuevos yacimientos a la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles, algo que ya prevé el proyecto de ley de Cambio Climático español.

"Tras dos décadas de formulación de políticas climáticas los niveles de producción de combustibles fósiles son más altos que nunca. Este informe muestra que el apoyo continuo de los gobiernos a la extracción del carbón, petróleo y gas es una gran parte del problema. Estamos en un hoyo profundo y tenemos que dejar de cavar", ha declarado Mans Nilsson, el director ejecutivo del Instituto de Medio Ambiente (SEI), una de las organizaciones que han colaborado en la confección del documento.