En las salas de máquinas de las series de televisión, una de las palabras últimamente más mencionadas es unicornio, lo que en argot del gremio equivale a: a/ una guionista; b/ ser posible racializada -negra, hispana o asiática-; c/ con sólida experiencia, y d /que esté disponible para un puesto de responsabilidad.

¿Que por qué se les llama unicornios? Pues porque los perfiles que anda buscando la industria -a menudo con hambre feroz para dar respuesta a seísmos como el #MeToo y el #OscarsSoWhite- son precisamente los que tradicionalmente ha ignorado, cuando no desdeñado, al fichar y promocionar talento. Y, claro, aunque la diversidad no es ninguna mitología en la calle, sí es cara de encontrar en las salas de guionistas, donde se perfilan las ficciones y los showrunners --los supremos creadores de una serie-- del mañana, y donde los hombres blancos aún suponen una abrumadora mayoría. «Vamos dándonos codazos -admitió un ejecutivo a la experimentada guionista y productora de origen latino Dailyn Rodríguez, cuyo teléfono no deja de sonar-. Hay cinco como tú y estáis trabajando».

No es una forma de hablar: la showrunner de moda Tanya Saracho, de origen mexicano y artífice de Vida, suele contar que un colega le escupió una vez: «¿Sabes que te han fichado para cumplir la cuota de diversidad, ¿no?».

PROTAGONISTAS FEMENINAS // Se trata de un apetitoso filón que ha abierto puertas antes tapiadas a nuevas generaciones de creadoras y ha impulsado más historias protagonizadas por mujeres o personas de color que, a su vez, han supuesto un paso adelante para guionistas que durante mucho tiempo habían languidecido como meras plantas decorativas o, lo que es lo mismo, como la cuota de género o raza que las producciones debían cumplir.

De hecho, un rastreo de más de 251 dramas que emitirán las cadenas generalistas norteamericanas y que están en producción o bajo desarrollo apunta a una ruptura en la baraja, sin duda a rebufo del #MeToo y el #TimesUp, la entrada en tromba de los feminismos y ese afán tan televisivo de rastrear, documentar y discutir el presente en marcha.

EL DOBLE QUE LOS HOMBRES // El caso es que el 42% de estas nuevas producciones tienen como protagonista a una mujer y solo el 20% a un hombre. Una de ellas, Ms. Mayor, firmada por la veterana Barbara Hall, se adentra en los incendios de una joven activista que se convierte por sorpresa en alcaldesa de Nueva York, en diálogo con el gran salto de Alexandria Ocasio-Cortez.