La inusitada crítica de Rafael Catalá al Poder Judicial, que motivó que todas las asociaciones de jueces y fiscales pidieran su dimisión como ministro de Justicia, tuvo en el PSOE a uno de sus escasos defensores. Pero el respaldo ha durado poco. Los socialistas han cambiado por completo su posición en apenas 24 horas: tras apoyar a Catalá en su denuncia de la presunta inacción del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ante el «problema singular» que sufre el juez que pidió a través de un voto particular la absolución de los miembros de la Manada, exigen al ministro que «aclare» sus acusaciones o se mantenga en silencio y respete la «división de poderes».

«Lo que le pedimos al ministro de Justicia es que no sea torpe, que si tiene alguna acusación que hacer sobre el magistrado aclare a qué se refiere. Y si no, lo mejor es estar callado, asumir la responsabilidad que tiene un miembro del Gobierno y respetar la división de poderes. No se puede tirar la piedra y esconder la mano. Le pedimos que sea prudente, tenga sentido común y no desvíe la atención. Sus declaraciones no están ayudando a centrar el debate en una sentencia que no recoge ni el espíritu ni los valores de la sociedad», dijo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sobre Catalá.