La jueza dijo a Carolina Z. que se sacara con un aparato la leche del pecho, la congelara y después se la diera al padre, del que se había separado, para poder alimentar a su hija cuando estuviera con él los fines de semana. La magistrada ha autorizado ahora a la madre a que se pueda desplazar al domicilio paterno o al lugar que acuerden los progenitores para amamantar a la pequeña. Los informes médicos han demostrado que no podía extraerse la leche. J. A. ALBALAT