Expertos médicos y de salud pública apoyarían un eventual toque de queda, pero piden "coordinación" entre administraciones y "normas claras", acompañadas de un refuerzo en Atención Primaria y salud pública, porque la detección precoz "es la única garantía" para frenar el covid.

Así lo han manifestado a Efe distintas entidades ante el posible establecimiento de un toque de queda en Madrid cuando decaiga el estado de alarma este sábado.

Entre las fuentes consultadas, el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez-Sellés, lo considera “una medida razonable” pero pide "directrices claras, ya que tanto en la población como entre los profesionales hay una cierta confusión”.

Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas):

El toque de queda es “una de las medidas posibles cuando los contactos sean personas no convivientes que vayan a coincidir en espacios cerrados, como familiares o amigos”, explica el epidemiólogo José Jonay Ojeda.

Hay que analizar “cómo se mueven las personas tras el cierre del comercio y la hostelería, sus movimientos en transporte público y privado, para conocer si, en vez de ir a discotecas, se juntan en las casas”.

La vigencia debería ser “como mínimo tres semanas”, porque los datos de incidencia de la última semana “son siempre provisionales y hacen falta tres semanas naturales para tener datos consolidados de 14 días. A ello habría que sumar los días que la orden tarde en entrar en vigor" para poder sancionar incumplimientos, según Segura que pide “coordinación entre administraciones para evitar mensajes contradictorios”.

Al decaer el estado de alarma, “la gente podría relajarse", continúa Ojeda pero advierte que “si solo se aplican medidas extremas sin reforzar la detección precoz, habrá continuas subidas y bajadas”.

Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap):

Para el doctor Javier Segura, no hay que “distraer la atención de lo principal: la falta de medidas estructurales de refuerzo en Atención Primaria y salud pública”.

Un toque de queda "podría considerarse si las interacciones a partir de medianoche en espacios públicos tuvieran un papel muy importante en la transmisión, algo de lo que no hay evidencias”, y si la prohibición de circular por la calle desplazara las interacciones de riesgo a "ambientes más cerrados", continúa el vicepresidente de Amasap.

"El virus no tiene una transmisión diferenciada por franjas horarias y el riesgo de contagio en espacios cerrados es el mismo antes que después de una hora", continúa.

"Parece que vuelve a cargarse las tintas en la responsabilidad individual, especialmente en los jóvenes, sin considerar medidas administrativas para limitar transmisión en otros ámbitos” (sociosanitario, transporte, educativo, laboral, comercial).

Si la transmisión en restauración "es importante, sería más lógico un cierre temporal de establecimientos”, como en Barcelona o Francia, según Segura.

En Latinoamérica -Ecuador, Perú, Colombia, Chile-, además de "no frenar la transmisión, generó malestar social, excesos policiales y una inversión excesiva de recursos policiales y jurídicos".

"No hay evidencia clara del papel del ocio nocturno; un porcentaje notable es del ámbito sociosanitario y educativo.

Hay que reforzar medidas de control, con más técnicos de salud pública para los centros educativos y reanudar las pruebas a los contactos.

Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal):

El toque de queda “es un paso intermedio entre no hacer nada y hacer un confinamiento radical, como en la primera ola”, y aunque "es impopular”, garantiza que “por lo menos los contactos entre diez de la noche y primera hora de la mañana se minimizan. Muchos factores de riesgo se evitarían. Es una buena opción”, según el epidemiólogo Quique Bassat.

“Entre semana me extrañaría que ese horario registrara picos de contagio, pero desde el viernes por la noche y el sábado hay mucha actividad que puede aumentar la transmisión”, continúa.

Se necesitan “como mínimo dos semanas para empezar a ver algún impacto de la medida, aunque podrían ser tres. De entrada, desde el punto de vista de comunicación de la medida, parece razonable anunciarla por dos semanas”, de lo contrario sería "desmoralizante", añade.

Aunque “probablemente se prolongue, es más razonable anunciar lo mínimo y luego prolongar", concluye.

Cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAM:

Para el catedrático Fernando Rodríguez Artalejo, de la Autónoma de Madrid (UAM), “sí podría ser eficaz para reducir las actividades sociales tanto en la calle como en domicilios. Es una medida más con la que contar, especialmente los fines de semana".

Pero habría que conocer antes "la opinión de la población al respecto; si se dispone de medios para garantizar su cumplimiento; en qué municipios y con qué nivel de alerta sería apropiado establecer el toque de queda, y qué encaje legal tiene".

Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFyC):

Cualquier medida para limitar “la movilidad no justificada a partir de determinadas horas, es buena. Hay que evaluar qué movilidad se produce en ese horario, pero reduce el número de personas expuestas a la infección en espacios públicos”, según el doctor José María Molero.

El objetivo es que “una vez cerrados los establecimientos, las personas no estén circulando y no trasladen las actividades de ocio a los domicilios, aunque esté limitado a seis personas. No sería una mala medida".