El expapa Benedicto XVI sostiene en sus memorias que nadie le forzó a dimitir, pero asegura que un “lobi gay” del Vaticano trató de influir en sus decisiones al frente de la Santa Sede. Benedicto apunta que conoció la existencia de un “grupo de presión homosexual” compuesto por cuatro o cinco personas y asegura que logró desactivarlo.

El expontífice confía estas revelaciones en Las últimas conversaciones, un libro entrevista de 240 páginas escrito por Peter Seewald. El libro saldrá en septiembre en Alemania.

Benedicto XVI dimitió en el 2013 (en una decisión excepcional en la Iglesia católica), tras ocho años de turbulento pontificado que incluyó el escándalo Vatileaks, en el que su mayordomo filtró algunas de sus cartas personales, así como documentos sobre presuntas corrupciones y luchas intestinas en el Vaticano. Los medios italianos informaron entonces de que detrás de las filtraciones se encontraban altos cargos de la Santa Sede opuestos a Benedicto XVI. H