El confinamiento impedirá este año disfrutar de la Semana Santa de la manera a la que estamos acostumbrados. Sin embargo, es la excusa perfecta para elaborar en casa algunos de los platos típicos de la Pascua y endulzar así un poco estos días tan peculiares.

Las torrijas son sin duda una de las recetas de más arraigo y tradición, que llenan a estas alturas del calendario tanto obradores y pastelerías como las cocinas de los hogares gracias a su sencillez y gran sabor.

Dos son las opciones que más se cocinan de este dulce en Castellón: torrijas de leche y de vino. A continuación os detallamos ambas elaboraciones:

TORRIJAS DE LECHE

1- PREPARAR LOS INGREDIENTES

Para elaborar las torrijas necesitaremos preparar previamente 1 barra de pan duro o del día anterior a rodajas, 1 litro de leche, 3 huevos, 300 ml de aceite de oliva suave, 300 gramos de azúcar blanca, canela en rama y molida, la piel de medio limón y una vaina de vainilla (opcional).

2-INFUSIONAR LA LECHE

Pon al fuego la leche y añade una rama de canela y la piel de medio limón. Si dispones de ella, puedes incorporar también las semillas de una vaina de vainilla para darle un toque especial. Mantén en el fuego casi hasta el punto de ebullición y retira. Cuela si has utilizado la vainilla y deja que se enfríe o de lo contrario se romperá el pan.

3-EMPAPAR EL PAN

Introduce el pan cortado a rodajas en un recipiente con la leche ya enfriada durante unos segundos hasta que quede bien empapado. Añade y bate los huevos en otro recipiente y moja también el pan en él.

4-FREIR LAS TORRIJAS

Una vez pasadas por el huevo, calienta aceite a fuego medio en una sartén y frie las torrijas por todos los lados con ayuda de un tenedor hasta que queden bien doradas.

5-EL TOQUE FINAL

Tras eliminar el exceso de aceite con ayuda de un papel, reboza el dulce en azúcar y canela en polvo para darle el toque final. ¡Y a disfrutar!

TORRIJAS DE VINO

Esta versión, aunque no es apta para los más pequeños de la casa, también tiene muchos adeptos por su sabor más potente.

Su elaboración es similar a la de las torrijas clásicas: simplemente tendrás que sustituir la leche por 800ml de vino dulce. Para los que quieran probarlas pero prefieran un sabor más suave pueden hacerlo mezclando la mitad del vino con un almíbar a base de azúcar (200 gramos) y agua (600ml).