El Mobile World Congress (MWC), la mayor feria de telefonía y movilidad del mundo, cerrará hoy en Barcelona con un nuevo récord de asistentes, por encima de los 95.000 que esperaba la organización. Pero esta 11ª edición del congreso en la ciudad no será recordada solo por ese máximo de congresistas, sino también por los problemas de movilidad (traslados) derivados de la huelga en el transporte público (TMB), que han irritado a la organización y puesto en peligro la hasta ahora excelente relación entre la GSMA, organizadora de la feria, y todas las entidades e instituciones locales que hacen posible el MWC.

La GSMA dará a conocer hoy el balance final, donde revelará previsiblemente un nuevo récord de asistentes. Todo apunta a ello: según diversas fuentes, el número de inscritos antes del inicio era superior a los del año pasado (hay una parte que se registra in situ); y tanto el lunes como el martes, pese a los paros, se superó el número de visitas en el recinto respecto del 2015. Otro de los indicadores de la mayor asistencia han sido los visitantes al congreso de start-ups 4YFN, paralelo al MWC, que cerró ayer su tercera edición con récord de 12.500 asistentes, más que los 8.000 de la pasada edición y los 12.000 que esperaba la Mobile World Capital, que es la organizadora de esta feria.

En los expositores también se ha notado “una mayor actividad, sobre todo los dos primeros días”, explican en el estand de España, que acoge unas 60 empresas del sector mobile; y también en Intel, que han notado un “incremento de las visitas a las demostraciones”. La impresión en los pabellones ha sido de lleno. “Es la de mayor éxito de las celebradas hasta ahora”, destacó ayer la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que agregó que está siendo “de éxito en todas sus jornadas” tanto por asistentes como por contactos.

Las razones del récord de asistencia son diversas: es la feria líder del sector de la movilidad, pues ha mutado de centrarse solo en el móvil a abrir su foco a otros wearables y dispositivos (este año la realidad virtual ha sido muy protagonista); y tiene el apoyo tanto de las grandes operadores de telecomunicaciones como de los gigantes de la tecnología (excepto uno, Apple, que no acude a ferias). Pero si algo había destacado la propia GSMA como razones del crecimiento de esta feria era la perfecta unión con la ciudad, autoridades e instituciones.

TENSIÓN // Este año esa unión se ha resquebrajado por la huelga convocada por los trabajadores en el metro y el autobús (días alternos), que tensó la situación. La GSMA confió hasta el último momento en que se solventaría el conflicto (había experiencia: en los últimos cinco años, en cuatro había habido amenazas de huelga), pero al final no fue así. Y eso molestó a la organización, y mucho. Tanto que el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, máximo responsable de la feria y cara visible de esta cita, no acudió a la visita oficial que todos los años inaugura el encuentro. H