La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, avisó ayer de que la crisis en la capital de Japón ha empeorado sensiblemente tras constatar un aumento récord de casos diarios desde el pasado fin de semana. Koike es partidaria de un confinamiento obligatorio de la población, una medida a la que se opone de momento el primer ministro del país, Shinzo Abe.