Aplausos en lugar de cócteles molotov. Los 28 ancianos de la residencia de Alcalá del Valle (Cádiz) apedreados por un grupo de jóvenes de La Línea cuando fueron evacuados a este municipio para escapar del brote de coronavirus detectado en su centro recibieron este lunes una doble ración de aplausos, en reconocimiento a su esfuerzo para superar la enfermedad. El primero lo protagonizaron los sanitarios y vecinos de la residencia de tiempo libre donde han pasado las últimas semanas, pero el más emotivo llegó poco después en su pueblo, cuyo ayuntamiento un llamamiento masivo para salir a la calle y los balcones y brindarles el mejor recibimiento posible.

El alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, se unió a los aplausos a la salida de la residencia, subrayando que “una historia que empezó regular termina razonablemente bien”, en alusión a los “desagradables” incidentes protagonizados, dijo, “por cuatro descerebrados”. A finales de marzo, y tras un mensaje desgarrador del alcalde pidiendo ayuda ante la falta de medios para salvar a sus abuelos, los ancianos fueron trasladados a una residencia de tiempo libre medicalizada para atenderles. Pero nada más conocer que los ancianos enfermos serían derivados allí, varios grupos de jóvenes de La Atunara, uno de los barrios más conflictivos y territorio narco, se concentraron a las puertas del centro y recibieron al autobús y las ambulancias con gritos, piedras y artefactos explosivos, interponiendo incluso un coche en la carretera para tratar de impedir el paso a la comitiva. “¿Y ahora qué nos vais a traer, a todos estos infectados, que van muriéndose en el autobús?”, se les oía protestar en uno de los videos que fueron difundidos por las redes sociales.

“Hoy es un día para estar contentos por cómo ha terminado todo”, zanjó Franco, que subrayó que, pese a ese episodio, los vecinos de La Línea se volcaron con los ancianos “y han contado con una atención sanitaria digna”. “hemos estado muy contentos de poder contar con ellos en nuestra ciudad”, insistió. Y tras desearles buen regreso, el regidor lanzó una propuesta de hermanamiento con Alcalá del Valle para darle un final feliz a la historia.

La sorpresa, sin embargo, aguardaba en las inmediaciones de la residencia Dolores Ibárruri 'La Pasionaria', su casa, cuyas calles fueron adornadas para recibirlos después de varias semanas de ausencia. “Más que fiesta es un pueblo alegre e ilusionado, orgullosos de que estén ya de vuelta”, explicó el alcalde, “fiesta no porque llevamos en la memoria a quienes no lo han superado”.

El alcalde, Rafael Aguilera, quiso destacar “la acogida y el recibimiento y trato dispensado a nuestros mayores enfermos” por parte tanto del Ayuntamiento como “del pueblo y de todos los colectivos". “Estaremos siempre agradecidos, un agradecimiento que perdurará siempre”, resaltó. Y aunque reconoció que “estamos ansiosos por comérnoslos a besos”, el reencuentro directo tendrá aun que esperar unos días porque lo más importante, dijo, es garantizar su seguridad.

Según detalló, se ha desinfectado la residencia, cambiado los colchones y adaptado a las distintas medidas de prevención e higiene para evitar nuevos brotes con una partida de 100.000 euros sufragada exclusivamente por el consistorio, los comerciantes y la Diputación. Asimismo, se repetirán las pruebas diagnósticas de detección del coronavirus tanto a los usuarios como a los trabajadores del centro.