M ascarilla obligatoria, mantener la distancia social como premisa indispensable para el alumnado y el personal docente, aulas bien limpias y ventiladas (incluso con las ventanas abiertas de par en par si el clima lo permite) y cerco a los casos positivos y sus contactos. Estas son las recomendaciones que los ministerios de Sanidad y Universidades trasladaron en la mañana de ayer a los consejeros autonómicos del ramo en una reunión que se celebró de forma telemática de cara al inicio del curso universitario y después de que en los últimos días arrecieran las críticas de rectores y estudiantes por el silencio que ha mantenido el ministerio de Manuel Castells en tan delicado asunto.

En todo caso, cada universidad es completamente autónoma, también a la hora de aplicar este tipo de protocolos para evitar en la medida de lo posible brotes de covid-19 en las aulas. Manuel Castells no pudo finalmente asistir al encuentro porque está convaleciente tras una intervención quirúrgica, pero sí acudirá a la que mantendrá esta semana con los rectores.

Como ya se dictaminó el pasado mes de junio, si en las aulas de las universidades no se puede garantizar la distancia marcada por las autoridades sanitarias de metro y medio entre alumnos, un grupo seguirá las clases físicamente, de forma presencial, y otro, vía telemática desde sus domicilios. Los alumnos rotarán de forma alternativa para compaginar ambas modalidades. Muy importante: si alguno se siente enfermo no debe ir a clase.

Desde el momento en que se confirme el diagnóstico de enfermedad por coronavirus, se realizará un estudio para determinar con qué otros estudiantes y resto de miembros de la comunidad universitaria ha estado recientemente en contacto el afectado, a menos de dos metros de distancia durante más de 15 minutos sin mascarilla, desde las 48 horas antes del inicio de síntomas del caso confirmado. Una vez detectadas esas personas, se les comunicará que deberán guardar la pertinente cuarentena en sus residencias. Se les indicará la realización de una PCR.