Que los mapas son una representación arbitraria de la realidad es un hecho, y con ello ironizaba, por ejemplo, el artista ourensano Xesús Carballido, que situó localidades gallegas en Catalunya y viceversa. No parece probable, en cambio, que Renfe quisiese cuestionar los fundamentos de la representación cartográfica al situar a Vigo en Portugal. Pero así lo acaba de hacer en el número de febrero de su revista Club + Renfe. Tras el revuelo causado en las redes sociales, la compañía ha pedido disculpas y ha prometido subsanar el fallo en próximos números de la revista.

Se trata de una imagen con la que la empresa pública de ferrocarriles quiere exponer la intermodalidad que ofrecen sus líneas. El colocar a la ciudad viguesa dentro de los límites lusos, y hacia al interior, no es, en cambio, el único error, que parece fruto de un lapsus en la maquetación.

También Oporto y Lisboa aparecen mucho más alejados de la costa que en la realidad, por ejemplo. Se da la circunstancia de que este número de la revista, el 49, sirve como estreno de un rediseño "contemporáneo y más directo".

Fue Ruben Martins, periodista del diario portugués Público el que puso de manifiesto en Twitter el fallo. La anécdota le valió para una reflexión que muchos habitantes de la periferia peninsular podrían compartir : "En el fondo, más allá de Madrid, que la gente se apañe".

El escritor Jon Amil, aprovechaba para ironizar en Twitter sobre el calificativo de portugueses que se aplica a los vigueses, en el contexto de la rivalidad con A Coruña. Así lo expresaba: "Ya sé que a los de Vigo siempre nos llamaron portugueses pero esto del mapa ya me parece excesivo. Además, el nombre Irun no tiene acento"