Las modelos lo saben: dormir embellece. Y hacer la siesta, acción que internacionalmente se circunscribe a la población española,favorece el rendimiento intelectual. Ambas afirmaciones figuran en investigaciones científicas que analizan los beneficios del sueño. “La siesta de corta duración, de 20 o 30 minutos, potencia el estado de alerta y mejora el rendimiento cognitivo, sin afectar negativamente al sueño nocturno”, indica el estudio Sueño saludable: evidencias y guías de actuación, publicado por la Sociedad Española del Sueño (SES). Esto es especialmente evidente, añaden, en estudiantes jóvenes, ancianos y trabajadores sujetos a turnos cambiantes. Cuando la siesta se prolonga más de 60 minutos, no obstante, la ventaja se transforma en un cierto factor de riesgo de muerte prematura, dato extraído del análisis de siete estudios epidemiológicos sobre el sueño, en los que se sumaron experiencias de 98.000 personas. Mejor, siesta moderada.

Dormir de forma confortable exige cumplir ciertos requisitos. Debe intentarse en una habitación previamente ordenada, que esté a oscuras completamente (o utilizar antifaz), en silencio y a una temperatura que, sobre todo, no sea excesiva. Con calor ambiental es más difícil dormir que si se pasa un poco de frío, indican los estudiosos del tema.

EL RUIDO ES UN AGRESOR

El ruido ambiental es uno de los factores más importantes de interrupción del sueño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la contaminación acústica como una de las causas de deterioro de la salud consecuencia de un sueño alterado o de mala calidad.

La OMS define al ruido ambiental en las habitaciones como causa del deterioro de la salud

Y, finalmente, están las horas dedicadas al periodo de dormir. La National Sleep Foundation (NSF),colectivo multidisciplinar que estudia el sueño, ha determinado el tiempo de sueño necesario en cada etapa de la vida: para los recién nacidos (0 a 3 meses), indican, se recomienda un periodo de sueño diario que oscile entre las 14 y las 17 horas. Más de 18, es desaconsejable e incluso peligroso. Podría alterarse su desarrollo cognitivo y emocional ya que el niño no tendría tiempo de interactuar con quienes le rodean.

A los lactantes (4 a 11 meses de vida) se les recomienda dormir entre 12 y 15 horas diarias, y una hora menos a los menores de 2 años. A esa edad, es importante cumplir las citadas horas de sueño, ya que un descanso inferior induce obesidad, impulsividad e hiperactividad, asegura la NSF.

En el periodo preescolar (3 a 5 años), se aconseja dormir de 10 a 13 horas diarias. Dos menos entre los 6 y los 13 años. Losadolescentes, indica el grupo de expertos, deberían dedicar entre 8 y 10 horas al acto de dormir. A partir de los 18 años, el lapso aconsejado oscila entre las 7 y las 9 horas: 8 como media. A partir de los 65 años, una media de 7 hors de sueño.

MEJOR NO EXCEDERSE

Los ancianos que duermen las horas que se consideran necesarias para ellos tienen menos enfermedades y mejor calidad de vida, indican los neurólogos. Cuando su somnolencia se prolonga más de 9 horas diarias, la acción de dormir es un indicador de hipertensión, diabetes, fibrilación auricular y una mayor mortalidad.

"Es importante dormiren habitaciones cuyos objetos se relacionen solo con el sueño y el sexo"

El reloj biológico de cada individuo, determinado genéticamente, divide a la población entre los que consideran que tienen un mejor rendimiento intelectual y físico al final de la tarde -los médicos los denominan ‘buhos’- o quienes aseguran que todo les funciona mejor en las primera horas de la mañana. A estos se les califica de ‘alondras’. Quien conoce su tendencia personal, juega con ventaja, aseguran los especialistas.

A todo lo anterior se suma la calidad del colchón y la almohada sobre los que se pretenda dormir. Una reciente encuesta española reveló que el 7% de los problemas de sueño relatados por los pacientes a sus médicos eran consecuencia de colchones incómodos. Y, finalmente, se encuentra el orden. Los especialistas en sueño advierten de la importancia de dormir en habitaciones en las que todo esté ordenado, y cuyos objetos se relacionen exclusivamente con el sueño y el sexo. Ni televisores, ni ordenadores ni libros favorecen la misión del descanso nocturno, sostienen.