Son 200 árboles en un bosque de origen prehistórico y una operación coordinada de bomberos y agentes forestales ha logrado que superen sus semanas más difíciles para la supervivencia por el azote de los fuegos en Australia.

Los pinos prehistóricos crecen en un terreno escarpado en el corazón del Wollemi National Park / NSW NATIONAL PARKS AND WILDLIFE SERVICE

Los pinos Wollemi son mundialmente famosos por la rareza de su antigüedad, que algunos expertos sitúan en el Jurásico y que al menos se remontan a entre 100 y 200 millones de años. Su proximidad a los grandes incendios del entorno de Sidney hizo temer por su seguridad. "Fue como una operación militar" relató el ministro de medio ambiente y energía australiano, Matt Kean, a The Herald. "Teníamos que hacer lo que fuera" para salvaguardarlos.

Bombero desplegando el material para proteger los árboles / NSW NATIONAL PARKS AND WILDLIFE SERVICE

Los pinos crecen en una zona angosta del Wollemi National Park, cuya localización exacta se guarda como un secreto para dar más garantías a su preservación, hasta el punto de que se optó por no informar sobre las tareas mientras se realizaban. Expertos en incendios en zonas de acceso difícil participaron en la misión codo con codo con efectivos del National Parks and Wildlife Service.

Un bombero remoja el área en torno a los árboles para protegerlos de la proximidad de los fuegos / NSW NATIONAL PARKS AND WILDLIFE SERVICE

En el operativo se combinaron los medios aéreos, provistos de tanques de agua y material antiinflamable y se estableció un sistema de irrigación sobre el terreno para entorpecer el avance del fuego a modo de barrera de protección. Con todo, no fue hasta que el intenso humo se empezó a disipar con el paso del tiempo que se pudo verificar el éxito de la misión: las llamas alcanzaron solo a dos de los árboles, según el Gobierno australiano.

Un bombero comprueba el estado de conservación de un ejemplar / NSW NATIONAL PARKS AND WILDLIFE SERVICE

El pequeño bosque de pinos fue descubierto casualmente en 1994, y sus ejemplares se consideran 'dinosaurios vivientes', por lo que se mantienen en estado de vigilancia permanente para evitar que sufran daños por parte de especies invasoras o patógenos, según contó Kean, que recordó que hasta su hallazgo se consideraban extintos en el medio natural y cuya supervivencia ahora se ha garantizado con una "misión de protección ambiental sin precedentes".

El bosque prehistórico se ha conservado pese a los daños sufridos en su entorno forestal / NSW NATIONAL PARKS AND WILDLIFE SERVICE