El misterio de los dos bisontes decapitados en una reserva natural de València sigue sin autor confeso. Carlos Álamo, el responsable de la reserva de Valdeserrillas de Benagéber, ha negado este martes que fuera culpable de la muerte de dos animales que aparecieron decapitados hace un mes.

Pero la locuacidad que tenía hace cuatro semanas cuando hizo público el caso ha desaparecido por completo. Apenas ha contestado con tres monosílabos a los periodistas a la entrada a la Ciudad de la Justicia de València y, tras declarar durante una hora y media en la fiscalía como investigado, ha salido con un hermetismo de silencio como escudo.

“No” es el responsable de su muerte. “Si” estaban bien alimentados y “sí” puede demostrar que compró la comida que dice que adquirió para hacerlo, ha dicho mientras accedía al recinto. Su abogado tampoco ha querido aclarar nada de su declaración y ha pedido tiempo para que la justicia haga su trabajo.

PENDIENTES DE LOS ANÁLISIS

La fiscalía está ahora pendiente de los resultados de un último análisis, que parecen clave para decidir si finalmente le acusan de maltrato animal. Así lo apuntaba el informe de la Guardia Civil,que aseguraba que los animales murieron de inanición, que la decapitación de ‘Sauron’, el macho alfa de la manada, fue burda y la pudo hacer cualquiera y que la segunda decapitación no existió sino que fue la putrefacción del cadáver la que propició que se le desprendiera la cabeza.

En su momento, Álamo aseguró que habían aparecido unas bolsas con veneno cerca de la zona en la que dejan la comida a estos animales, que gozaban de un estado de semilibertad, pero el delegado del gobierno explicó el lunes que aún no se conocen los resultados de los análisis que se han practicado.

Situada en el interior de la provincias de Valencia, la reserva de Valdeserrillas de Benageber se asienta en unos terrenos públicos y tiene una superficie de 365 hectáreas. Además de los bisontes, que llegaron hace unos meses, en ella viven también búfalos, caballos, ciervos y burros.

La manada de 12 bisontes se ha creado durante el último año y medio tras largas gestiones con la Unión Europea para que permitiera la llegada de estos animales, que están en peligro de extinción.