La peor de las previsiones se ha cumplido. Los especialistas en genética del laboratorio central de Criminalística de la Guardia Civil no han podido extraer ADN de las tres minúsculas muestras de tejido epitelial halladas en la casa de Manuel, por lo que no han servido para confirmar que pertenecen a Marta Calvo, según informa 'Levante-EMV'. En todo caso, este hecho no invalida que la Guardia Civil siga convencida de que, al menos en lo que se refiere al descuartizamiento, el presunto asesino de la joven de Estivella ha dicho la verdad, por lo que la búsqueda en el vertedero de Dos Aguas continúa sin tregua.

El resultado definitivo se conoció ayer, después de que los especialistas del laboratorio central de ADN del instituto armado concluyeran todo el proceso para obtener el perfil genético a partir de los restos biológicos hallados en la profunda inspección ocular realizada en la casa de Manuel el pasado 17 de diciembre, en presencia del detenido, Jorge Ignacio P. J. Desde el primer momento, incluso cuando aún estaban en el domicilio, los agentes de criminalística ya se mostraron recelosos sobre la eficacia de la prueba genética, dado el escaso tamaño de las muestras halladas.

A ello se suma la degradación producida en el ADN de esos tejidos, atrapados en una arqueta en el subsuelo del cuarto de baño, por el amoniaco y el líquido desatascador que Jorge Ignacio P. J. empleó con generosidad para desobturar la bañera y el inodoro después de haber desmembrado el cuerpo de su víctima. Esa degradación, que ya temían los agentes de criminalística del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) que dirigieron el registro de la casa el pasado día 17, ha agravado las ya escasas posibilidades que había de extraer suficiente material genético de las muestras para poder replicar el perfil completo y obtener el ADN de Marta Calvo.

La familia de la joven tenía depositadas sus esperanzas en esa prueba, fundamental para certificar que los restos biológicos eran de ella. De hecho, la madre de Marta ya había aportado al inicio de la investigación una muestra de ADN para, llegado el caso, poder servir de cotejo a la hora de identificar a la joven, ya que, como es lógico, no existía ADN de la chica almacenado en ninguna base de datos -únicamente están registrados los perfiles genéticos de personas implicadas en delitos graves y aquellos recogidos en restos humanos o en escenarios criminales-.

Una nueva inspección

A partir de los resultados de esas muestras, la Guardia Civil y la familia de Marta valorarán ahora si es conveniente solicitar a la jueza de Instrucción número 6 de Alzira otro mandamiento de entrada y registro para realizar una nueva inspección ocular en la casa de Manuel donde Jorge Ignacio P. J. confesó haber descuartizado a la joven, tras llevarla a la vivienda en la madrugada del 7 de noviembre.

En todo caso, los investigadores de Homicidios de la Comandancia de València y de la UCO continúan convencidos de que la forma de deshacerse del cadáver es una de las pocas verdades que el presunto asesino contó durante las cinco horas que accedió a declarar ante la Guardia Civil horas después de entregarse en el cuartel de Carcaixent.

De hecho, durante esa inspección del domicilio, que se produjo después de la declaración del acusado -las primeras fueron realizadas cuando Jorge Ignacio P. J. aún estaba huido y el descuartizamiento solo era una posible línea de investigación-, los agentes confirmaron que las muescas halladas en la base de la bañera, fabricada en polímero mineral, eran el testigo del uso de las sierras de las que se valió el presunto asesino para deshacerse del cuerpo de su víctima.

Por esa razón, por el convencimiento de que sí la desmembró y arrojó a contenedores de basura de Alzira y Silla en las primeras horas del día 8 de noviembre, la Guardia Civil mantiene el rastreo incesante de las toneladas de basura acumuladas en el vertedero de Dos Aguas, aunque de momento no han encontrado ningún resto de la joven.