La pirotécnica burrianense Reyes Martí ha presentado una denuncia contra los manifestantes que el sábado por la tarde irrumpieron en el recinto de mascletaes de la plaza del Ayuntamiento de Valencia y arrasaron los fuegos preparados para el disparo en honor a la Virgen de los Desamparados, previsto para esa medianoche y que tuvo que ser suspendido.

Martí critica que los manifestantes “no tuvieron dos dedos de frente” al acceder al recinto volcando vallas y sin ningún tipo de cuidado con los petardos, ya que “si se llega a prender uno solo” hoy se estaría hablando de muertos. “Ayer decían que la calle era suya. Si se llega a prender, hoy se cambiaría por el cementerio es nuestro porque no nos habría dado tiempo a desalojar”, lamenta. La pirotécnica se ha desvinculado de la decisión del cambio de ubicación de la mascletà e indica que su equipo, formado por seis personas, tan solo quería desempeñar su trabajo de montaje cuando se produjo la toma de la parte central de la plaza por un grupo de asistentes a la manifestación en conmemoración del primer aniversario del 15-M.

PERSONAS FUMANDO // Martí explica que asistieron “impotentes” a ver cómo cientos de personas, algunas fumando e, incluso, “abuelos con sus niños de la mano” tiraban vallas. Algunos de ellos, prosigue, cogieron el material pirotécnico con las manos, ignorando el peligro que conlleva una incorrecta manipulación.

“Quedó todo destrozado”, se lamenta Martí, que insiste en su intención de “llegar hasta el final” con la denuncia, después de haber sufrido el destrozo y el hurto de buena parte del material. “Van a rodar cabezas”, agrega.

“¿Qué consiguieron con esto?”, se pregunta la pirotécnica, que recalca que la manifestación no es un acto “para destrozar cosas”. Además, prosigue, “los manifestantes podrían haber asistido a la mascletà nocturna como fin de la marcha y después haberse quedado o no en la plaza, pero, siempre respetando a los demás”.

Por su parte, los indignados volvieron anoche a la Puerta del Sol de madrid con la intención de quedarse, de desafiar de nuevo a la policía y protestar por las 18 detenciones del desalojo de la madrugada anterior. No eran muchos. Menos de mil. Y llevan camino de convertir lo que queda de aniversario del 15-M en una pugna del sector más concienciado del movimiento, no más de unos centenares, con las fuerzas de seguridad. Una deriva contra la que ayer mismo se rebelaron varios dirigentes del recién alumbrado sector crítico.

“Mejor perroflautas, que perros policías”, “Perros sueltos, maderos atados”, fueron algunos de los eslóganes que se gritaron en la concentración convocada por la tarde en protesta por el desalojo. Los abogados de Acampada Sol aseguraron in situ que varios de los detenidos no tenían nada que ver con el movimiento.

La verdad es que la única resistencia de los 200 presentes fue permanecer sentados con los brazos entrelazados hasta que fueron llevados a rastras o empujados fuera de la plaza por un número de policías muy superior a los manifestantes. Ni la policía cargó ni los indignados traspasaron la raya de su pacifismo. H