Además de sus Majestades de Oriente Melchor, Gaspar y Baltasar, existen unos reyes magos “de verdad” que cada año envían miles de regalos a distintas residencias de ancianos y centros de acogida de menores de España gracias a la iniciativa de un grupo de amigas de Madrid convertidas en unas atareadas “pajes”.

Todo empezó con un correo electrónico mandado a la lista de contactos de las fundadoras de Reyes Magos de verdad, siete amigas que decidieron movilizar a sus familiares y conocidos para recoger regalos y llevarlos el día de Reyes a un centro de acogida de Madrid.

Ocho años después, las cifras hablan por sí solas del éxito de esta campaña, que ha pasado de entregar regalos a 150 niños en la primera recogida a casi 5.000 menores y 800 ancianos en enero del 2015.

Esta Navidad se han superado las expectativas con un récord de 30.000 inscripciones, muy por encima de las 7.000 que se habían fijado como tope para poder atender todas las peticiones de colaboración que Reyes Magos de verdad recibe a través de su página web (reyesmagosdeverdad.org). Finalmente, se han cubierto algo más de 7.000 solicitudes. El resto de personas que se ofrecieron a participar recibirán un correo de agradecimiento con una invitación a colaborar en futuras campañas.

“Ha sido una locura”, comenta Cristina Castellanos, una de las integrantes de esta red que, en la actualidad cuenta con 36 coordinadores. Y es que con el paso del tiempo también ha sido necesario aumentar el número de “pajes” encargados de gestionar el envío de regalos, que ya llegan a más de cien centros de acogida y residencias de 11 comunidades autónomas (Madrid, Galicia, Asturias, Cataluña, Comunitat Valenciana, Extremadura, Castilla y León, Andalucía, País Vasco, Canarias y Baleares).

Cualquier ciudadano puede participar en esta campaña y convertirse en un “rey mago de verdad”. Para ello, solo tiene que rellenar un formulario en la página web en el que puede elegir el punto de entrega del regalo para su posterior envío.

A continuación, un coordinador le indicará a través de un correo electrónico el nombre del menor o anciano al que le corresponde regalar.

Los niños tienen que escribir una carta para pedir lo que deseen, pero en el caso de las personas mayores suelen entregarse obsequios genéricos, como mantas o cestas de aseo.

La idea es que reciban un máximo de tres regalos con un precio comprendido entre los 25 y los 35 euros. H