Cuando llegaron por la mañana al centro de rescate de animales en el que trabajan, se encontraron una escena repetida y desoladora. Rock estaba atado a una columna sin poder moverse y con una corre acortándole la circulación al apretar la pata.

La imagen fue compartida por una trabajadora del centro de Rescate de Villalobos en Nueva Orleans (Estados Unidos), donde sus dueños habían dejado una nota. "Se supone que así nos tenemos que sentir mejor?", se pregunta la cuidadora.

"No puedo mantenerlo por problemas con la familia. Mis padres no lo querían fuera de mi cuarto. Tiene un año y cuatro meses. Por favor, hagan que interactúe. Una vez lo conozcas es el perro más dulce que conocerás, amigable con las mascotas. Tómate tu tiempo y dale un mejor hogar", decía la nota de su dueño.

"La nota dice que "NUNCA" tuvo alguna interacción humana, que estuvo encerrado toda su vida, aislado. Que puede estar nervioso y puede morder. Gracias por dejarnos tu problema pero si hubieras llamado habrías visto que estamos tan sobrepasados que no podemos acoger más perros", lamenta la mujer.

"No somos trabajadores que hagan milagros, no podemos salvar perros, no tenemos suficiente dinero o personal para hacer magia pero nos obligas emocional y físicamente. Hay días que odiamos nuestro trabajo, nos hundimos y lloramos".

Unos días después, llegó la sorpresa. "El hermano del dueño vio nuestra publicación. Había conocido a Rocky desde que era un cachorro pero ya no vivía con la familia así que asumió que todo iba bien. Al ver la publicación se enfadó y acudió a nuestras instalaciones para llevárselo. El perro le reconoció desde el primer momento. Coged los pañuelos. Es un final feliz por el que merece llorar".