Por una bofetada, uno puede ser condenado a dos años de prisión con la etiqueta de criminal para toda la vida, o ser sancionado con una multa de 40.000 rublos (unos 630 euros); esta situación es inadmisible; es necesario corregir la ley y eliminar estas situaciones absurdas».

En estos términos se expresaba el pasado mes de julio Elena Mizulina, legisladora ultraconservadora, en el momento en que presentó de forma oficial su propuesta legal para despenalizar parcialmente y rebajar los castigos por ley derivados de la violencia doméstica. A pesar de que anualmente en Rusia 14.000 mujeres pierden la vida como consecuencia de actos violentos en el seno familiar, la ley está muy cerca ya de entrar en vigor, tras ser aprobada en primera lectura, durante esta semana, por la abrumadora mayoría conservadora que controla la Duma, la Cámara baja del Parlamento (con mayoría de partidos oficialistas, comunistas y ultranacionalistas).

VISTO BUENO // Con 368 votos a favor, uno en contra y una abstención, los parlamentarios dieron su primer visto bueno a un texto legal que establece que una sola agresión anual, que no haya producido lesiones y que así haya sido certificado por los médicos, no sea considerada una ofensa criminal, sino simplemente administrativa. Esa falta administrativa será castigada con una multa rebajada, equivalente a 500 €, hasta dos semanas de prisión o 120 horas de trabajo social.