El capellán del Hospital Clínico de Valencia, Juan José Segarra, ha protagonizado una curiosa historia de apoyo espiritual a un enfermo de covid-19: le ofreció la grabación en vídeo del responso pronunciado durante el entierro de su padre, fallecido también a causa de la pandemia, según publica Levante, diario del grupo Prensa Ibérica.

Y es que, tal como ha informado la agencia Avan, la historia de Salvador Torres. es dura. Su padre, también llamado Salvador, ingresó en el Hospital Clínico de Valencia el pasado 23 de marzo a causa de la infección de Covid-19. Ambos lo habían contraído. El hijo fue ingresado en otro hospital valenciano.

Salvador padre, que pertenecía hacía ya muchos años a la Junta de Honor del Altar del Tossal de San Vicente Ferrer, "no pudo vencer en esta lucha en la que muchos de nuestros amigos, seres queridos y conciudadanos se encuentran, y murió el miércoles 25, día de la Anunciación de Nuestro Señor Jesucristo", según ha relatado Luis Sánchez, delegado episcopal para la Pastoral de Enfermos y Mayores del Arzobispado de Valencia.

En el cementerio de Benimaclet se celebró un responso íntimo por su eterno descanso rodeado de sus familiares más directos: un hermano, su hija y sus nietas. "Pero faltaba uno, su hijo Salvador, que no pudo asistir a causa de estar en aislamiento por el virus Covid-19".

El responso fue presidido por José Antonio Varela, párroco de la Nuestra Señora de la Asunción de Benimaclet, acompañado por Juan José Segarra, párroco de la Santísima Cruz de Alaquàs, capellán del Hospital Clínico de Valencia y amigo de la familia.

Toda la celebración fue grabada en vídeo por el capellán quien, al día siguiente, 28 de marzo, visitó a Salvador, hijo del fallecido, "para atender a su cuidado espiritual y humano, que se encuentra en aislamiento estricto".

El capellán "le animó con la esperanza de la resurrección y la vida eterna", le habló de la grabación del entierro, le preguntó si quería verla y Salvador "no dudó un instante" y dijo: "Sí, quiero despedirme de mi padre". Durante algo menos de 10 minutos "visionó la celebración de despedida de su padre entre lágrimas. Había silencio y tristeza".

Al acabar, Salvador se sintió "profundamente agradecido de haber tenido la ocasión de poder haberse despedido de su padre".