El Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) ha atendido entre los meses de enero y julio a 1.314 personas solicitantes de información sobre trámites de asilo, un 39% más que en el mismo periodo del 2015. El número de menores atendidos también ha crecido, en un 24%, pasando de 160 a 198 durante los mismos meses.

El SAIER es un equipamiento municipal que presta servicios integrales en materia de inmigración, emigración, regreso voluntario, y también respecto a asilo y refugio, a través de la actividad coordinada de las siete entidades que lo conforman: CITE, AMIC, Creu Roja, ACSAR, Col·legi d’Advocats, Consorci de Normalització Lingüística, y ABD, entidad que presta el servicio en oficinas.

Las personas que acuden reciben apoyo en materia de orientación jurídica, formación, homologación de títulos, aprendizaje de idiomas, atención social, apoyo psicológico y trámites administrativos, entre otros.

AUGE DE LOS SERVICIOS

El crecimiento de personas que acude a este servicio no cesa. Mientras la media de atenciones por trabajador en el conjunto del servicio es de tres, en el ámbito de refugiados se ha elevado hasta cinco. Las actividades dedicadas a este perfil de usuarios también han aumentado, pasando de 5.593 a 6.164 entre el primer semestre del 2015 y este año.

Ucrania, con un ligero descenso respecto a los últimos datos publicados, sigue siendo el principal país de origen de las personas atendidas por el SAIER, con un total de 352 solicitantes, seguido deVenezuela, que presenta un importante crecimiento sostenido y llega a los 224. Aumenta también la presencia de personas procedentes de Pakistán (91), así como de El Salvador (83) yHonduras (45), de donde huyen principalmente por la amenaza de las ‘maras’, grupos delictivos peligrosos.

Hasta julio del 2016, el SAIER ha atendido personas de 76 nacionalidades diferentes, mientras en el mismo periodo del 2015 se contabilizaron 64 países de origen.

CONCESIÓN DE ASILO

Los servicios sociales, de carácter público y gratuito, que ofrece el SAIER funcionan desde 1989, año en que llegó a la ciudad la primera oleada de refugiados procedentes de Argentina y Chile. Asimismo, acoge a los solicitantes de asilo, los dirige a entidades y les ayuda a realizar trámites, pero quien decide si se les acoge o no es el Estado, que en los últimos años, incluso con la crisis de refugiados, ha demostrado cierto recelo al concederlos.

Una persona que pide asilo es considerada refugiada y no un inmigrante (ya que se considera que este grupo llega voluntariamente) y cuenta con la protección de la Convención de Ginebra hasta que se resuelva la concesión.