La reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Casado para explorar las bases de unos nuevos Pactos de la Moncloa que busquen la reconstrucción del país a raíz de la crisis del coronavirus no anticipaba ningún acuerdo. El líder del PP se había mostrado en los últimos días muy crítico con esta iniciativa del presidente del Gobierno. Llegó a decir que se trataba de un «señuelo» para propiciar un «cambio de régimen». Pero la cita por videoconferencia, que duró una hora y cuarto, acabó con un entendimiento. De mínimos, puramente formal, sin ningún contenido detrás. Pero un entendimiento.

Ambos dirigentes pactaron ayer que esa mesa de reconstrucción se convierta en una comisión del Congreso de los Diputados, como quería Casado. «La mesa se reconduce a una comisión parlamentaria, como pedíamos nosotros», señalaron fuentes de la dirección del PP, que recordaron unas palabras de su líder el pasado miércoles: «Si [Sánchez] quiere pactar algo, tendrá que ser aquí, con luz y taquígrafos». Pero el conservador, al mismo tiempo, aceptó que en el organismo participen también partidos como Unidas Podemos y ERC, que los conservadores vetaban hasta ahora. Además, el nuevo planteamiento sirvió para que Vox se sumase al diálogo, aunque disgustó al PNV por la «improvisación» del Gobierno.

No obstante, las posiciones siguen tan alejadas como siempre, y en la Moncloa reconocen que las posibilidades de forjar un gran acuerdo, que en la estela de los firmados en 1977 agrupen a la amplia mayoría del arco político, son bastante escasas. Pero Sánchez, cuya ronda de contactos con los líderes de la oposición culminó ayer en la cita con Pablo Casado (la semana pasada se reunió por videoconferencia con el resto de grupos), quiere seguir adelante.

De ahí que cediera a la exigencia de Casado de que la reconstrucción se aborde en el Congreso, aparcando su idea de que fuera más allá del Parlamento, congregando no solo a partidos políticos, sino también a empresarios, sindicatos, comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que ayer se comprometió a utilizar más de 10.000 millones de euros de superávit en la reconstrucción

«Lo importante es que efectivamente esta convocatoria cobre cuerpo, se pueda trabajar a la mayor brevedad posible y podamos hacer diagnóstico conjunto. Lo de menos es el formato en el que se pueda producir», sentenció la ministra portavoz, María Jesús Montero. «El Gobierno encontrará el hombro del PP en el Parlamento, con representatividad, institucionalidad, proporcionalidad y con la urgencia que marca una pandemia que ya se ha cobrado tantas vidas. He visto buena disposición por parte de Sánchez», explicó el líder del PP, que al mismo tiempo dejó claro su escepticismo a la hora de llegar a acuerdos a gran escala. Empezando por los próximos Presupuestos Generales del Estado, para el año que viene. «Va a ser difícil que cuenten con el respaldo del PP. Para salvar vidas todo nuestro apoyo, para arruinar España no», dijo Casado.

De momento, el Gobierno llevará mañana su propuesta de prorrogar el estado de alarma hasta el 9 de mayo. Hasta ahora, el PP ha apoyado a ciegas, pese a sus críticas, las extensiones temporales del confinamiento. Pero ayer Casado planteó varias propuestas a cambio de su voto a favor, como garantizar material sanitario suficiente o aprobar medidas de liquidez.