Pedro Sánchez dirigió finalmente ayer por la mañana una Conferencia de Presidentes virtual en la que abordó la grave crisis sanitaria con todos los dirigentes de los gobiernos autonómicos. No se reunían todos desde el 2012 ya que al último encuentro convocado, en el 2017 con Mariano Rajoy en la Moncloa, no acudieron los presidentes de Euskadi y Cataluña. En esta ocasión, pese a las críticas a la gestión de la pandemia, tanto Íñigo Urkullu como Quim Torra acudido a la cita virtual, en la que ambos airearon sus críticas al Gobierno. Pero mientras el lendakari firmó el comunicado compartido que apelaba a la «unidad de acción», el president de la Generalitat se negó a rubricarla, provocando una nueva tormenta política.

Después de casi cuatro horas de reunión telemática, la Moncloa había informado en un comunicado que Sánchez que había visto a todos los presidentes autonómicos concienciados de la necesidad de la «unidad de acción» para frenar el contagio del coronavirus. Horas después se conocía que Torra no había querido suscribir el texto unitario.

CRÍTICAS DE DEFENSA / El gesto le valió muchas críticas. La rueda de prensa de los ministros por la noche evidenció el profundo malestar que había generado. La más dura fue Margarita Robles, la responsable de Defensa. «No concibo ese posicionamiento y si ese posicionamiento se diera tiene que queda al margen de la vida pública».

Tanto Torra como Urkullu manifestaron sus críticas al decreto en la reunión. El primero porque ve insuficientes las medidas aprobadas por Sánchez y ha reclamado medidas más drásticas. Urkullu, por su parte, también compareció tras la Conferencia y mostró su disconformidad con aspectos del real decreto que establece el estado de alarma y dijo que la asunción por parte del Gobierno central del mando de la Ertzaintza es una medida «innecesaria». Pero, a renglón seguido, dejó claro que su Ejecutivo «cumplirá con responsabilidad» esta norma. «Lo primero para el Gobierno vasco es el interés general de la ciudadanía ante la gravedad de la situación», afirmó en una rueda de prensa telemática.

Aunque la queja de Urkullu en la reunión de presidentes solo duró 10 segundos, Inés Arrimadas cargó contra él y Torra, criticando «no sepan estar a la altura». «No creo que sorprenda a nadie que los partidos nacionalistas o secesionistas sean incapaces de apartar, aunque sea en un momento como este, sus reivindicaciones territoriales».

En principio, esta reunión se iba a celebrar el sábado, pero el Consejo de Ministros se alargó y se pospuso a ayer. El valenciano Ximo Puig pidió o que plantee a la Unión Europea que elabore un «plan Marshall» tan «potente» como el que se aplicó después de la segunda guerra mundial para salir de esta grave crisis transversal. También reclamó que se piense en las posibles consecuencias psicológicas que puede tener el confinamiento temporal de los españoles, acostumbrados a los ritmos de una sociedad mediterránea que pasa muchas horas en la calle y en los espacios públicos. Puig admitió que en el debate había habido algunas disensiones, pero que en general había sido positivo. «En el fondo hay un combate común y eso es lo que representa hoy la Conferencia de Presidentes: todos juntos contra la pandemia, todos juntos para salvar vidas», afirmó.

Por su parte, Isabel Díaz Ayuso reclamó más material «para proteger» a los médicos y calculó que el coste es de 994 millones de euros. Ayuso, según contó en una entrevista en Telemadrid, afirmó en la Conferencia que «España no es una nación de naciones» y que este virus «no entiende de comunidades». Por ello reclamó una «acción conjunta» que, añadió, cree que debería haberse puesto en marcha «hace tiempo». Además de ella, Urkullu y Torra, también varios más, entre otros, Fernando López Miras (Murcia) y Juanma Moreno (Andalucía), exhibieran sus discrepancias.