L a cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud incluirá por primera vez un medicamento para dejar de fumar, que podrá ser recetado tras un nuevo protocolo en los centros de asistencia primaria y del que el Ministerio de Sanidad calcula que se podrán beneficiar, de entrada, unas 70.000 personas. Así lo avanzó ayer la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, que la pasada semana estuvo en Nueva York para asistir a las diferentes cumbres sobre sanidad universal y clima que se celebraron en torno a la 74ª sesión de la Asamblea General de la ONU.

Hasta ahora, en España solo alguna comunidad como Navarra había subvencionado tratamientos de deshabituación de tabaquismo, por lo que, con esta decisión, el Ministerio da ahora un paso al frente y abordará a nivel nacional esta adicción, que provoca unas 50.000 muerte anuales en el país, con la subvención del principio activo de la Vareniclina, cuya marca comercial de referencia es Champix.

PLAZOS CORTOS // La ministra detalló que su departamento llevará la Vareniclina a la próxima comisión interministerial de precios, que se celebra hoy, en el último paso para que sea posible su financiación como medicamento para la deshabituación de tabaco. «Es cuestión ya de semanas que entre en la cartera de servicios», subrayó Carcedo, quien recordó que los médicos de la atención primaria tendrán un protocolo de prescripción de los pacientes en tratamiento y orientación médica para lograr la deshabituación de este consumo.

El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que aglutina a una cuarentena de sociedades científicas y médicas, lleva dos décadas reclamando que el tratamiento de la adicción a la nicotina debe formar parte de la cartera de servicios de atención primaria, sabedores de que un tratamiento adecuado puede multiplicar hasta por 10 las posibilidades de dejar de fumar con éxito si se compara con el esfuerzo personal aislado del fumador sin apoyo profesional.

A juicio de los profesionales que luchan a diario en los ambulatorios con este grave problema de salud pública, la administración sanitaria no debe temer por el coste de la financiación de unos productos que son eficaces y solo utiliza un 3% del total de fumadores cada año.

Carcedo recordó que su Ministerio está trabajando con la idea de modificar la ley del tabaco «cuando haya un Gobierno operativo en plenitud de funciones» y proceder a regular los nuevos productos vinculados al vapeo, lugares de consumo y publicidad. «Tendremos que ampliar el contenido y alcance de la ley para dar respuesta a la nueva realidad», manifestó.