El papa Francisco denunció ayer que los cristianos son más perseguidos en la actualidad que en los primeros siglos del cristianismo, al celebrar la misa por el Día de los Difuntos en las catacumbas de Santa Priscila en Roma.

«También hoy hay cristianos perseguidos, más que en los primeros siglos», denunció el pontífice en su homilía, improvisada, dentro de las catacumbas, donde los primeros cristianos enterraban a los muertos y celebraban la eucaristía que estaba prohibida.

Francisco, que reconoció que esta era la primera vez en su vida que entraba en una catacumba, recordó a esos primeros cristianos que «debían esconderse» para profesar su fe en el Imperio romano, algo que aún se produce en la actualidad en varios lugares del mundo. Dos milenios después de aquellas persecuciones, el papa basó su homilía el lugar, la identidad y la esperanza.