Las calles de Buñol no se teñirán de rojo este año por primera vez desde 1957. El ayuntamiento de esta localidad valenciana ha anunciado que la incierta evolución del coronavirus les ha llevado a decidir suspensión de la popular e internacional Tomatina, que este próximo 26 de agosto debía celebrar su 75 edición.

"Se suspende por la situación que hay y por no poder asegurar la seguridad de la que la Tomatina siempre ha hecho alarde, de que es una de las fiestas más seguras del mundo. No podemos perder esa seña de identidad por estas circunstancias”, ha explicado a Efe María Vallés, concejala de turismo.

De la riña a la fiesta

Desde que una riña entre unos jóvenes del pueblo en las fiestas acabó resolviénsdose con los tomates robados a una verduleria cercana el 1945, sólo una vez se había dejado de celebrar esta 'pelea' que se convirtió en jolgorio ya al año siguiente. Fue en 1957 cuando el alcalde franquista la prohibió porque entendía que atentaba contra el régimen.

Pero como protesta, los jovenes del pueblo organizaron en ese último miércoles de agosto el llamado 'Entierro del Tomate', una burlesca procesión en la que pasearon un ataud con un gran tomate dentro por todo el pueblo. Tal fue el apoyo de los vecinos al pasacalles que al año siguiente se permitió que volviera la Tomatina con su versión original.

Hasta que en 1983 un 'Informe Semanal' descubrió esta fiesta al resto de España, no era muy conocida más allá de Valencia pero ese reportaje disparó una proyección que pronto se convirtió en internacional y ahora cada año llegan miles de jóvenes de todas partes del mundo.

Para evitar morir de éxito y tras superar hace unos años los cincuenta mil participantes, el consistorio limitó hace unos años la entrada a cerca de veinte mil para garantizar la seguridad.

Aún así cada verano, cinco o seis camiones reparten cerca de ciento cincuenta mil kilos de tomates (muy maduros y de la variedad pera roma) para una batalla que pinta por completo de rojo una calle de Buñol y que se había hecho tan popular que se han llegado a grabar películas durante las fiestas. Pero esta vez parece que el coronavirus quiere ser el único protagonista.