El suyo fue un mandato poco usual en una congregación nada corriente. Tras apostatar y dejar su cargo como papa Gregorio XVIII de El Palmar de Troya (Sevilla) por amor a una exnovicia, Ginés Hernández termina por ahora condenado a seis años de prisión por tentativa de robo con violencia e intimidación y dos delitos de lesiones ocurridos tras el asalto a su antigua iglesia el pasado junio. Un acuerdo entre las partes facilita que el juez suspenda la ejecución de la pena. J.C.