Salir a comer fuera siendo vegano no suele ser un plan fácil. Aunque la hostelería se va adaptando poco a poco a los comensales veggies, todavía existen algunos lugares donde la elección de platos veganos en la carta se limita a una famélica ensalada. Si salir a comer o a cenar fuera de casa pone muchas limitaciones a los veganos, salir de viaje puede ser una pesadilla culinaria. A pesar de todo, no supone una misión imposible. Los veganos, cuya dieta excluye todo alimento de origen animal, pueden disfrutar de un fantástico viaje por cualquier parte del mundo sin morir -de hambre- en el intento y sin saltarse una dieta sana y libre de sufrimiento animal. Con estos seis consejos todo vegano podrá comerse el mundo.

1.- Comida para el camino

El camino, desde que se sale de casa hasta que se llega al destino, es lo primero en lo que hay que pensar; sobre todo si se trata de un viaje largo que implica varias horas de carretera o de vuelo. En estos momentos, no existirá posibilidad de cocinar y la escasez de lugares con opción vegana es una realidad con la que hay que contar. Para salir del paso, lo mejor es llevar en el equipaje de mano un tentempié ligero y nutritivo, como sándwiches, una bolsa de frutos secos o alguna pieza de fruta.

2.- Conocer la gastronomía del lugar

Un país se conoce también a través de su gastronomía. Todos los lugares tienen sus delicatessen veganas, bien como conocido plato tradicional, o bien, como delicia por descubrir. Por ejemplo, en Italia está la pizza marinara, el pisto en España, el ratatouille en Francia, en los Balcanes la baklava, en Rumanía la zacusca, el hummus en los países árabes, el falafel en Paquistán, el baba ganoush en Israel o en pico de gallo en Costa Rica.

3.- Aprovechar los 'básicos'

Existen muchos alimentos que son prácticamente universales y que se encuentran en todos lados. Estos ‘básicos’ son perfectos para una comida rápida, sin necesidad de ponerse a cocinar. Sea cual sea el destino, los mercados dispondrán de variadas frutas y verduras típicas, latas de legumbres, conservas vegetales, cremas, mermeladas y todo tipo de cereales.

4.- Un alojamiento práctico

La planificación de un viaje es siempre fundamental. En el caso de los veganos, con más motivo, pues es bastante improbable encontrar lugares para comer en plena calle, y menos aún, tropezarse con uno por azar. Es recomendable buscar alojamiento que incluya un espacio para cocinar, de modo que, se pueda preparar algo para llevarlo más tarde a excursiones o actividades. Si existe la posibilidad, resulta de gran ayuda alojarse en uno de los llamados hoteles ‘veganfriendly’, donde la atención es mucho más específica. El buscador VeggieHotels almacena más de 500 alojamientos veganos por todo el mundo.

5.- Un kit de supervivencia

Si finalmente se opta por comida hecha por uno mismo, hay una serie de utensilios que mejoran, y mucho, el sabor de lo que se cocina fuera de casa. En ese caso, no pueden faltar en la mochila un tupper, un rallador, un cuchillo, sal y especias. Simples pero efectivos.

6.- Saber dónde comer

En Internet es muy fácil dar con plataformas de búsqueda de restaurantes veganos, sea cual sea su localización. Algunos de los más populares son Happy Cow, Vegman, Vegan Way, Vegetarious o Hazte Veg.