El despliegue de medios y la contundente campaña publicitaria lanzada por la Dirección General de Tráfico (DGT) han conseguido frenar el aumento de la siniestralidad registrado en Semana Santa los últimos años. La operación de tráfico se ha cerrado esta vez con 27 fallecidos, el segundo mejor registro desde que hay datos. El récord lo siguen ostentando las minivacaciones del 2013, con 24 víctimas mortales.

El descenso logrado --cuatro fallecidos menos que el año pasado y 21 menos que en el 2016-- tiene más valor si se tiene en cuenta que se ha producido en circunstancias poco favorables. El mal tiempo reinante la mayor parte de los días ha empeorado las condiciones de la carretera pero no ha ahuyentado a los conductores. Se han contabilizado 14,9 millones de desplazamientos de largo recorrido, un 3,3% más respecto a los datos reales registrados en el Semana Santa del pasado año.

MEDIA INFERIOR // Para hacerse un idea de la dimensión de la cifra, puede compararse con los fallecidos en la Semana Santa de 1993, 174, o los 22 registrados en un solo fin de semana el pasado marzo. La siniestralidad en los periodos vacacionales ha mejorado tanto respecto a la movilidad habitual, que en esta Semana Santa la media diaria de fallecidos ha sido de 2,7, por debajo de los 3,2 de la registrada en días laborables.

De los 14 fallecidos en turismo, dos ocupantes no hacían uso del cinturón de seguridad y tampoco llevaba casco el ciclista fallecido. El peor día fue el domingo 14 de abril, con 9 fallecidos, de los cuales 4 eran motoristas. Por tipo de vía, 21 de las víctimas han muerto en accidentes ocurridos en vías convencionales, frente a las 6 que se han registrado en accidentes ocurridos en autovías o autopistas. La salida de vía sigue siendo el tipo de accidente más frecuente, con 12 fallecidos. En colisiones frontales han fallecido 7 personas, mientras que por atropello 2 personas.

La Comunitat Valenciana es una de las siete autonomías en las que no se registraron víctimas mortales en las carreteras.