¿De dónde ha salido Shawn Mendes, el cantante de rostro lozano que salió máximo vencedor de los últimos EMA (o European Music Awards, los premios europeos de MTV)?

Como todo astro 'millennial' que se precie, salió de la red, donde se crean estrellas con tanta velocidad como se destruyen. Mendes ha sabido amortizar la celebridad que le sobrevino al colgar seis segundos, seis, de una versión de Justin Bieber en la extinta red social Vine. Se fue a la cama y al despertarse tenía 20.000 'likes' en el vídeo y otros tantos seguidores.

No contento con eso, siguió colgando clips, los más exitosos aquellos en los que aparecía sin camiseta (y que dieron pie al 'hashtag' #shirtlessshawn). Cuando fichó por el sello Island, en mayo del 2014, los 20.000 ya eran 200.000. Y para la edición de su primer single ('Life of the party') iba por los 2,7 millones. El tema vendió 150.000 copias sin promoción en la radio, solo gracias al fervor de los fans cultivados 'online'.

Rostro de querubín

¿Por qué tanta devoción hacia Mendes? Su éxito parece el resultado de varios factores: un rostro de querubín, un cuerpo esculpido a conciencia (entrena cada mañana a las 9.30, según dijo) y una actitud, sobre todo en sus inicios, de buen chico que no haría nada que pudiera romper tu corazón.

De hecho, en sus primeras canciones, es él quien recibe la mala medicina del desamor. En 'The weight', una chica le engañaba («'juas'», pensarían sus fans, «pero qué diablos») y en 'Imagination' tenía fantasías no sexuales sino amorosas. Serenatas cantadas con voz cristalina, acústica en ristre, quizá sin camiseta.

El trovador bajo la ventana de 'Handwritten', su primer disco, se convirtió en 'Illuminate' en el truhán que quiere colarse en tu habitación, pero siempre pidiendo permiso antes. Quedaba claro en canciones como la blues 'Ruin', 'Patience' (sobre un 'affair' con una mujer mayor) y, quizá, sobre todo, 'Lights on': «No puedo negar que quiero tu cuerpo», se atreve a confesar en ella.

Pero el disco del 2016 de Mendes, el que lo ha llevado a triunfar en los EMA, no llega al punto de llevar la pegatina de «letras explícitas». Él sigue siendo más de amor que de sexo, como se ha encargado de recordar en las entrevistas. Se presenta como un tío de novia, no un seductor en serie. Ejemplo al azar: «Ser un 'sex symbol' no es 'guay' a menos que estés enamorado de una chica y ella te llame 'sex symbol'».

Vida sentimental

Su vida sentimental es misteriosa: se le ha relacionado con la cantante Camila Cabello (con la que grabó el dúo 'I know what you did last summer'), la actriz Chloë Grace Moretz o la 'vlogger' de moda y estilo Bethany Mota, pero todo han sido rumores. Los últimos lo asocian a Hailey Baldwin, hija de Stephen Baldwin, hermano menor de Alec.

Mendes nació en Toronto (Canadá), en 1998, pero hasta hace poco vivía (y al parecer se aburría bastante) en Pickering, una pequeña población al este de su ciudad natal. Antes de querer zamparse el mundo como estrella pop iba, según parece, para mago.

Su madre, agente inmobiliaria, y su padre, dueño de una compañía de suministros de bares y restaurantes, vieron (con buen ojo) que igual tenía más futuro con la guitarra que con la varita de la flor.

Pero todavía más importante que el de sus padres ha sido, en su incipiente carrera, el apoyo de Taylor Swift, quien se lo llevó de telonero en la gira del disco '1989'. Sea como sea, no sabemos cómo se habrá tomado Swift que Mendes haya ganado tres EMAs mientras que ella, nominada nada menos que a seis, se iba de la gala de vacío. ¿Estará preparando una canción sobre el tema para la continuación del vengativo 'Reputation'?