Un estudio dio a conocer en abril pasado un brote de covid-19 que se produjo en un restaurante de Guangzhou (China) en enero. El trabajo atribuía el contagio al climatizador del local, que emitía un flujo de aire que habría esparcido los virus expulsados al aire por unos clientes que acababan de volver de Wuhan.

El hallazgo puso a los aires acondicionados en el punto de mira, pero después de ese no se ha detectado ningún brote que se pueda asociar de forma creíble a estos aparatos. «Los aires acondicionados no generan virus en sí. En todo caso, el problema podría ser la falta de ventilación», afirma el consultor Óscar Ribé. No hay climatizadores milagrosos que bloqueen el covid, alertan los experto, en contra del negocio que empieza a crecer. Algunas tecnologías pueden ayudar, pero lo más efectivo es también lo más sencillo. «A partir de ahora, deberíamos asegurarnos de que todos los locales donde haya aire acondicionado cumplan la normativa. Es decir, que se ventile según lo establecido», resume Ribé.

El Reglamento de Instalaciones Térmicas obliga a renovar el aire de los locales. Los aires acondicionados no pueden funcionar exclusivamente como aire interno del local, porque eso acabaría en una intoxicación por CO2: una parte del aire que pasa por la máquina debe venir de fuera.

«Ya que enfriar aire caliente tiene un coste energético, ciertos locales ahorran ventilando poco. En la situación actual, sería bueno que el 100% del aire que pase por la máquina sea de fuera», explica Ribé. Otra recomendación es bajar la potencia del ventilador. Eso evitaría corrientes que transporten los virus lejos. «La normativa dice que la velocidad debe ser muy baja y a menudo eso se incumple», alerta.

«El coronavirus es tan pequeño que la mayoría de los filtros no lo atrapan. Los únicos que lo hacen son los de alta eficiencia, los HEPA, que se encuentran en máquinas muy especiales», afirma Livio Mazzarella, investigador del Politécnico de Milán y coautor de un informe de la asociación europea de aires acondicionados.

«No hay ninguna prueba de que los aires acondicionados contribuyan a la difusión del covid-19, mientras sí sabemos que protegen de las olas de calor», afirma José María Ordóñez, autor del informe de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental sobre este asunto. Ordóñez cree que no hay inconveniente en recomendar a los mayores que acudan a sitios con aire acondicionado, en caso de ola de calor. Lo esencial, en ese caso, sería respetar un aforo que garantice las distancias, además de usar mascarillas y lavarse con frecuencia las manos.