Siete años ya y aquí estoy, recordándote como el primer día que viniste al mundo. Echándote de menos desde que nos dejaste.

¿Por qué te fuiste tan pronto? No me diste tiempo a decirte lo mucho que te quise.

Siempre estarás en mi recuerdo y en mi corazón. Ya sé que en el Cielo estás muy bien pero aquí me haces mucha falta.

Que seas muy feliz hijo. Que Dios te bendiga. Un beso muy fuerte. Te quiero mucho Enrique.

Tu padre.