Sigue la ofensiva contra el mundo taurino. A los comentarios despectivos hacia Iván Fandiño, que la Fundación Toro de Lidia llevará a la justicia, se suma la agresión que sufrió el torero José Antonio Canales Rivera por parte de un grupo de antitaurinos que le abordaron en un restaurante en Zahara de los Atunes (Cádiz).

Los hechos sucedieron en la noche del pasado 20 de mayo, cuando el matador, después de asistir a la comunión de su hija, estaba en un restaurante de la localidad cenando con una amiga.

Según su versión, varias personas sentadas a su lado realizaron comentarios despectivos hacia él, y después una chica se acercó y empezó a insultarle. «Me dijo que era un hijo de puta, un criminal, un asesino de mierda», cuenta él. También se sumó un hombre que «medía unos dos metros» y que le espetó: «A ver si tienes cojones de hacerme a mí lo que le haces a un toro».

ANSIEDAD // La situación provocó un ataque de ansiedad a la acompañante del torero, que decidió salir a tomar el aire. Fue en ese momento cuando el torero vio desde dentro del local, según su versión, cómo miembros del mismo grupo agarraban del pelo a la mujer. Canales Rivera salió en su ayuda, pero, no le dio tiempo «ni a levantar la mano», recuerda el matador, pues empezó a recibir una paliza de la que salió con ayuda de un guardia civil.

Cuenta que recibió golpes en un ojo, en el pómulo derecho, en la rodilla y en la cadera, por lo que fue al centro médico de Barbate. Con el parte médico de sus lesiones acudió después a presentar una denuncia al puesto de la Guardia Civil de Zahara de los Atunes, que ha sido remitida al juzgado correspondiente.

Esa agresión, como los insultos que ha recibido en otras ocasiones, le hacen sentirse «impotente». Pasado el mal trago, reflexiona y afirma que son «los tiempos que corren». «Los profesionales, los ganaderos, los aficionados estamos recibiendo unos ataques terribles que te hacen sentir muy incómodo», sentencia.