Al menos cinco personas murieron ayer a causa de la erupción del volcán Whakaari, en una isla deshabitada en el noreste de Nueva Zelanda, donde se encontraban medio centenar de turistas. La policía indica que no hay signos de vida en el lugar.

«Con la información que tenemos, no creemos que haya ningún superviviente en la isla», indicó la policía en un comunicado tras realizar un vuelo de reconocimiento sobre la isla, donde una veintena de personas fueron rescatadas. La policía informó de que está trabajando con urgencia para confirmar el número exacto de personas que han muerto, además de los cinco fallecidos confirmados, así como la identidad y nacionalidad de las víctimas.

Previamente, el subcomisario de Operaciones Nacionales de la Policía, John Tims, explicó que «debido al alto riesgo, los equipos de emergencia no pueden acceder a la isla», puesto que «permanece inestable y con posibilidad de nuevas erupciones».

El incidente ocurrió a primera hora de la tarde de ayer lunes con la expulsión de rocas y una gran nube de ceniza sobre la isla de Whakaari, a 48 kilómetros al este de la isla Norte. Un grupo de excursionistas se encontraban cerca del cráter minutos antes de la erupción, según imágenes de una cámara instalada en la zona. Las autoridades cifraron en menos de 50 el número de turistas neozelandeses y extranjeros que estaban en esta isla.