Tras la falta de concreción de la ministra, oposición, sindicatos, patronal y expertos coinciden en que la conciliación debe concretarse en la negociación colectiva. Y advierten de que con la mala calidad del empleo que se crea y las altas tasas de paro, la medida tiene problemas de aplicación.

Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical de CCOO, apunta que el problema para avanzar en la conciliación es la «cultura retrógrada de presentismo en las empresas» que, en su opinión, existe en España.

Coincide con Isabel Araque, secretaria de la ejecutiva de UGT, en denunciar que la crisis ha dejado unas jornadas laborales más extensas en las que no se pagan las horas extra. De ahí que Araque subraye que sin derogar la reforma laboral la fijación de un horario límite es «utópico».

«Generalizar es difícil porque las empresas no tienen todas el mismo tamaño», afirman fuentes de la patronal CEOE. Desde el PSOE y Podemos critican que el Gobierno solo busca distraer.