La cifra de víctimas mortales por los tres naufragios del sábado en el centro de Filipinas, se elevó a 31 después de que los equipos de rescate recuperasen más cadáveres en el mar, según los datos facilitados a medios locales por la Guardia Costera.

Los naufragios ocurrieron ese día por la tarde en el estrecho entre la ciudad de Iloilo y la isla de Guimaras, en la región de Bisayas Occidental (centro), debido a la fuerte marejada y a una intensa tormenta, informó el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC).

Según la Guardia Costera, los tres botes que naufragaron -el Chi-chi, el Jenny Vince y el Keziah- llevaban en total más de 90 personas, entre las que hay 62 supervivientes, mientras que tres permanecen desaparecidas.

Sin embargo los datos facilitados por la Guardia Costera no encajan con las cifras oficiales divulgadas por el Consejo Nacional de Reducción de Riesgo de Desastres (NCRRD), que en su último informe sobre el suceso publicado hoy reportó 25 muertos, 9 desaparecidos y 53 supervivientes.

Según el listado de víctimas divulgado por el NCRRD, todos los fallecidos son filipinos, la mayoría residentes de Ilocos y Guimaras, aunque hay alrededor de una decena de turistas locales.

Las causas del accidente

Las autoridades han responsabilizado de los naufragios al mal tiempo y a los monzones provocados por la depresión tropical Hanna, que adquirió categoría de tormenta tropical con vientos de entre 60 y 88 kilómetros por hora, según la estación nacional de meteorología Pagasa.

Pagasa indicó que previsiblemente Hanna no tocará tierra en Filipinas, pero se podría convertir en un tifón en las próximas 48 horas y sus efectos se sentirán en forma de monzones y viento en todo el país, especialmente en la isla de Luzón.

Alrededor de 20 tifones y tormentas azotan Filipinas cada año, ya que el archipiélago se ubica en el cinturón de tifones y terremotos del Pacífico, y es uno de los países del mundo más propensos a desastres naturales. Además, los accidentes marítimos en Filipinas se cobran cada año decenas de vidas, la mayoría en naufragios causados por el mal tiempo, el incumplimiento de las normas de seguridad, el defectuoso mantenimiento de los equipos o la sobrecarga.