Los sueños son manifestaciones mentales espontáneas de imágenes, sonidos y pensamientos que las personas registramos con frecuencia mientras dormimos.

Soñar no es una facultad exclusiva de los seres humanos: los mamíferos tienen un ciclo de sueño similar al humano y se cree que algunos experimentan también sueños, como nosotros.

Desde el principio de los tiempos, los seres humanos han atribuido un valor simbólico a los sueños, otorgándoles capacidades premonitorias de hechos que van a ocurrir, e interpretándolos incluso como mensajes de los dioses.

La psicología nunca ido tan lejos y ha considerado que los sueños tienen relación con las experiencias cotidianas, que se transforman en símbolos mientras dormimos: son un recurso del cerebro para fortalecer los recuerdos del día.

¿INCONSCIENTE?

Sigmund Freud estableció a finales del siglo XIX que los sueños eran mensajes cifrados del inconsciente, la cara oculta de nuestra personalidad: estableció un método para interpretarlos y acceder así al espacio mental donde supuestamente se diseña el destino cotidiano de cada persona.

Aunque algunas investigaciones neurocientíficas apoyan la existencia de la mente inconsciente, la ciencia no está muy convencida de la existencia e influencia del inconsciente en las personas.

Los psicólogos han profundizado en el conocimiento de los sueños y considerado que, en vez de contener simbología críptica de cualquier origen (por ejemplo, del inconsciente), son una continuación de lo que sucede cada día en nuestras vidas.

Esta conclusión se basa en numerosos y laboriosos estudios de los sueños realizados de forma manual: han analizado los relatos de sueños de numerosas personas, los han diseccionado en partes como si fueran fotogramas, y han buscado temas y patrones oníricos con los que establecer diagnósticos de la personalidad.

De estos estudios ha surgido un amplio consenso: soñar ayuda a las personas a mejorar su vida de vigilia y los sueños son una continuación de lo que sucede en la vida cotidiana.

CUESTIÓN DE ALGORITMO

Una nueva investigación ha introducido ahora una cuña en esta tarea investigadora, basada hasta ahora en el desarrollo de sofisticadas escalas de análisis de contenido.

Para acelerar ese proceso, el científico informático Alessandro Fogli, de la Universidad Roma Tre en Italia, y su equipo, desarrollaron un algoritmo que analizó automáticamente más de 24.000 informes de sueños.

Esos relatos de sueños están almacenados en DreamBank, una base de datos pública recopilada a partir de estudios sobre sueños de personas que tenían entre 7 y 74 años de edad en el momento de la experiencia.

En un artículo publicado en Royal Society Open Science, los autores de esta investigación explican cómo diseñaron y codificaron el potente algoritmo.

El programa hace lo mismo que han hecho los psicólogos durante más de un siglo: analiza los relatos, despieza sus diferentes momentos y busca patrones repetitivos, aunque a una velocidad muy superior al procedimiento actual.

También establece un sistema automático de puntuación para cada sueño, en función de las escenas relatadas, y establece relaciones entre las emociones negativas y positivas asociadas a la experiencia onírica, informa Science.

Cuando los investigadores compararon las puntuaciones de su herramienta con las calculadas históricamente por los psicólogos, descubrieron que coincidían el 76% de las veces.

AYUDA PSICOLÓGICA

Los investigadores dicen que el sistema podría ayudar a los psicólogos a identificar rápidamente los sueños atípicos, potencialmente indicativos de síntomas de estrés o de posibles problemas de salud mental.

Al comparar las puntuaciones dentro de cada sueño con los promedios de los sueños de personas sin afecciones físicas o psiquiátricas, el algoritmo también puede identificar sueños inusuales y dar pistas a los psicólogos para eventuales tratamientos.

El algoritmo permite asimismo a los investigadores analizar cómo los sueños difieren según el género, la edad o la condición psiquiátrica de cada persona.

FILMANDO SUEÑOS

Los investigadores insisten en que su herramienta no está destinada a sustituir el trabajo de los psicólogos o de los científicos del sueño, sino a proporcionarles nuevas herramientas que les permitan conocer mejor los relatos oníricos y su posible relación con trastornos que pueden ser tratados médicamente.

De todas formas, este trabajo no representa la última frontera: otros científicos se proponen filmar los sueños para tener un acceso más diáfano a la experiencia onírica y conocer mejor la ¿naturaleza de las fuerzas psíquicas de cuya acción conjugada o contraria nace el sueño, tal como decía Freud.

REFERENCIA

Our dreams, our selves: automatic analysis of dream reports. Alessandro Fogli, Luca Maria Aiello and Daniele Quercia. Royal Society Open Science, 26 August 2020. DOI:https://doi.org/10.1098/rsos.192080