La muerte de María José Carrasco, la enferma de esclerosis múltiple que murió ayudada por su marido, Ángel Hernández, y cuyo final fue grabado en un vídeo, será instruida, al menos en los primeros procedimientos, en un juzgado de violencia sobre la mujer. La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado atribuir la competencia al juzgado especializado número 5, pese a que este rechazó en un primer momento ocuparse del suicidio asistido al considerar que Carrasco expresó «de forma seria e inequívoca» que quería morir y que para ello necesitaba la ayuda de su marido, según se pudo ver en varias entrevistas televisivas y en el vídeo grabado por Hernández antes de facilitarle la sustancia letal.

Si bien, la Audiencia de Madrid ha resuelto que en esta fase «inicial y embrionaria de la investigación», en la que aún no constan los informes médico-forenses, ni el pendrive con el vídeo, ni pruebas «acreditativas» de la petición expresa de Carrasco, entre otras diligencias por practicar, «no se dan las circunstancias para determinar fehacientemente si se trata de un acto de violencia contra la mujer en el ámbito de la pareja», como determina la ley integral contra esta lacra.

En un auto, la Sala considera que, «tratándose de una cuestión de fondo que, en esta fase procesal no puede fijarse con la rotundidad pretendida y que es dependiente de las diligencias reseñadas, […] y sin hacer valoraciones impropias de este momento procesal», no concurre la «causa de exclusión» que argumentó la magistrada del juzgado de violencia sobre la mujer número 5.