Una joven auxiliar de enfermería y educadora social que consiguió hace unos días dejar atrás el covid-19, que la mantuvo ingresada y en cuarentena, ha decidido convertirse en voluntaria y acudir a los hospitales a apoyar a los que ahora tienen el virus, como su abuelo, de 85 años.

Adriana es el nombre de esta joven, de 26 años, que ingresó el 12 de marzo en el Hospital de Valdecilla (Santander), donde estuvo durante cinco días de aislamiento y, posteriormente, tuvo que estar en su domicilio sin relacionarse con nadie hasta hace unos días que la prueba del covid-19 dio dos veces negativo, lo que supone que ya no tiene el virus.

Tras curarse, Adriana ha decidido dar a los demás apoyo y ánimo y acercarse todos los días, como voluntaria al hospital cántabro de Sierrallana, donde está ingresado su abuelo de 85 años, al que podrá ver y dar fuerza en su lucha contra el Covid-19.

Sin peligro de contagiar ni ser contagiada

También esta joven dará ese apoyo a otros enfermos ingresados en el hospital, porque asegura que los profesionales sanitarios le han dicho que, tras dar negativo, no tiene peligro de volver a contraer el virus ni de contagiarlo a otros. En un vídeo que ha distribuido la Consejería de Sanidad, la joven cuenta a un grupo de profesionales sanitarios del Hospital de Sierrallana por qué ha decidido ser voluntaria en el apoyo a los afectados por el Covid-19.

Adriana vive ahora con su abuela, porque su actual situación hace que sea la mejor para ayudarla, ya que puede salir de casa sin problema, encargarse de las compras y de cualquier gestión, sin regresar al domicilio y contagiar a alguien.

"No tengo peligro", reconoce esta joven a los profesionales sanitarios a los que cuenta su decisión de ser voluntaria, que le agradecen ese gesto, sobre todo para las personas mayores, porque reconocen que "los abuelucos se sienten muy solos".