Los adultos sufren más que los niños el peso emocional de la tartamudez, según reveló el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), con motivo de la celebración, ayer, del Día Internacional de este trastorno, que afecta al 2% de los adultos españoles y al 5% de los menores de cuatro años.

Se trata de una dificultad del habla que comienza en la infancia y que, si no se detecta y se trata, puede tener importantes repercusiones en el plano relacional y laboral en la edad adulta. De hecho, muchos pacientes reconocen tener baja autoestima y miedo a hablar con los demás, lo que influye negativamente en muchos ámbitos de su día a día.

«El tratamiento de la tartamudez en los adultos se complica debido a factores emocionales, ya que los adultos sufren más el peso emocional de la tartamudez, pero con una intervención adecuada también se puede lograr un dominio de la expresión oral lo más funcional, relajada y fluida posible», comentó la logopeda y colaboradora activa con la Fundación Española de la Tartamudez, Raquel Escobar.

No obstante, la logopeda aconseja hablar del problema para normalizar el trastorno y «decir lo que desea, cuando lo desea y sin limitaciones», ayudando en la generalización del patrón del habla.