Los taxistas de Madrid rechazaron ayer el preacuerdo alcanzado por la Comunidad y Ayuntamiento y seguirán con la huelga indefinida, que ya ha cumplido cinco días. La propuesta consiste en establecer para los VTC una «precontratación espacial» en vez de la temporal acordada en Cataluña. Los conductores de Uber y Cabify no podrían recoger a ningún cliente que no estuviera alejado una distancia de más de 300 metros, según el borrador facilitado a ambas partes.

Las cinco asociaciones que representan al sector del taxi calificaron la propuesta de «totalmente insuficiente». El borrador «no se parece en nada» a las peticiones del colectivo de taxistas, manifestó el presidente de la Federación Profesional del Taxi, Julio Sanz. La distancia propuesta de 300 metros «es una anécdota o una burla», porque es tan corta que garantiza la inmediatez que solo debe proporcionar el taxi.

El pacto, insólito entre dos administraciones que normalmente están a la greña, se fraguó en la reunión que mantuvo el pasado jueves el grupo de trabajo técnico integrado por ambas administraciones y lo hicieron público la alcaldesa, Manuela Carmena, y el presidente regional, Ángel Garrido, al finalizar un acto conjunto celebrado en la Feria Internacional de Turismo (Fitur).

Garrido cree que ahora ofrecen «algo nuevo que puede ser válido para todos» y que «quizás sea la última oportunidad» para los taxistas. «Si lo rechazan será malo para todos y pueden quedarse sin nada si piden más», advirtió el presidente de la Comunidad.